Los Boy Scouts of America se han acogido a la ley de quiebra estadounidense para hacer frente a las cientos de demandas por abuso sexual contra la organización juvenil. Esto les permite declararse en bancarrota y, a la vez, continuar con sus actividades y crear un fondo de compensación para las víctimas.
Un escándalo de pederastia en el que más de 12.000 víctimas han identificado a 7.800 personas de la organización como abusadores desde 1944. Ralph More y su hermano fueron víctimas de estos abusos, que le sumieron "en un lugar oscuro durante 25 años". Su hermano, sin embargo, no pudo superarlo y falleció joven tras "caer en el alcoholismo por los abusos".
En un comunicado, los Boy Scouts anuncian que su intención al declararse en quiebra es compensar "equitativamente" a aquellas personas que "sufrieron daño durante su tiempo como scouts", a través de "un fideicomiso de compensación". Mientras tanto, los programas que llevan a cabo "continuarán durante todo este proceso y durante muchos años", añade el texto.
La nota asimismo precisa que la organización "tiene la intención de mantener sus compromisos con sus miembros, familias, líderes voluntarios, empleados, jubilados, donantes y ex alumnos en la mayor medida permitida por las leyes de bancarrota". "La organización también pagará a sus proveedores y socios por todos los bienes y servicios entregados desde hoy adelante", agrega.
En cualquier caso, los Boy Scouts precisan que los consejos locales (que brindan apoyo programático, financiero, de instalaciones y administrativo a las unidades de exploración en sus comunidades) no se han declarado en bancarrota al estar legalmente diferenciados de la organización nacional.
"La BSA se preocupa profundamente por todas las víctimas de abuso y se disculpa sinceramente con cualquiera que haya sido perjudicado durante su tiempo en el Movimiento Scout. Estamos indignados de que haya habido ocasiones en que las personas aprovecharon nuestros programas para dañar a niños inocentes", ha afirmado el presidente y director ejecutivo de la organización, Roger Mosby.