Westminster ha decidido pedir una prórroga a la Unión Europea por una amplía mayoría. Se ha aprobado la propuesta del Gobierno sin que las cámaras hayan captado a la primera ministra en el Parlamento, ya que solo la hemos visto salir desde Downing Street y abandonar la cámara.
Pero la hoja de ruta de Theresa May sigue intacta. Su plan pasa por una extensión corta, solo hasta el 30 de junio, y que evite a los británicos presentarse a las elecciones europeas.
Aunque para ello el Parlamento tendría que aprobar antes del 20 de marzo un acuerdo que ya han rechazado hasta en dos ocasiones. El único posible, según han advertido desde Bruselas una vez más. "Este acuerdo, tal cual está, es el único posible", ha afirmado el negociador jefe de la Comisión Europea, Michel Barnier.
Si la Cámara de los Comunes vuelve tumbar el acuerdo, tendrán que especificar el por qué de esa prorroga y todo quedaría en manos de la UE. El Gobierno advierte de que el plazo iría más allá del 30 de junio y Reino Unido tendría que concurrir en las elecciones europeas.
Se descarta de momento también un segundo referéndum. El Parlamento lo ha rechazado por una amplía mayoría. Para los laboristas, principal partido de la oposición, es demasiado prematuro gastar ese cartucho.