Una familia dividida en dos bandos ha montado una auténtica batalla campal durante un entierro en Gales, en pleno cementerio. Tal y como se aprecia en las imágenes que acompañan estas líneas, todo parece comenzar cuando uno de los hombres implicados en el caso corre hacia el interior de su furgoneta. Así, intenta protegerse de otro vehículo que casi le atropella.
Una vez dentro, el impacto que recibe hace volar los cristales de la ventanilla del copiloto. Otro de los hombres involucrados en la pelea se mete dentro del coche, en su caso, con un machete en la mano. Según las primeras informaciones, todos son miembros de la misma familia. Al coincidir en el mismo funeral, parece que optaron por solucionar sus disputas familiares de esta forma.
Van vestidos de luto y provistos de todo tipo de armas, y no dudan en correr en estampida con objetos en la mano: hachas, un bate de béisbol... Uno incluso parece llevar algo parecido a un cepillo para limpiar el suelo. La surrealista escena concluye cuando uno de ellos decide huir de la pelea que se produce entra las mismas tumbas del cementerio. Se sube a toda prisa al vehículo, tocándose la cabeza para comprobar si esta herido, mientras la sangre le cae por el cuello.
En la huida, la furgoneta llega incluso a pasar a gran velocidad por al lado de una persona en silla de ruedas, totalmente ajena al conflicto. Gracias a estas imágenes los siete hombres han sido, seis meses después, encarcelados.