El expresidente y candidato republicano a las elecciones presidenciales de EEUU, Donald Trump, lo ha vuelto a hacer. Durante un acto de campaña en Springfield (Ohio) ha vuelto a difundir bulos: "Los residentes informan que los inmigrantes se llevan los gansos de la ciudad. Incluso a sus mascotas cuando las pasean".

Una mentira, otra más, viralizada a velocidad de vértigo en redes. Los demócratas han contraatacado durante el último discurso del candidato a la vicepresidencia, Tim Waltz: "¡No comemos gatos! ¡No comemos gatos!".

Pero la mentira estrella de Trump tiene atemorizada a la población haitiana de la localidad de Ohio. "20.000 inmigrantes haitianos ilegales han llegado a la ciudad para destruir su estilo de vida", afirmó el expresidente.

Unas acusaciones que han provocado que la vida para los migrantes se haya vuelto muy complicada. Marc, residente haitiano en Springfield, ha tenido que dejar su trabajo por acoso y denuncia que sus dos hijos sufren bullying: "Tuve que mudarme a otro vecindario. Tenía miedo por ellos. Estaban muy traumatizados". Y asegura que la situación no hace más que empeorar: "Tuve que ir a la escuela, son amenazados por los profesores". De hecho, no muestra su rostro por miedo a represalias.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha advertido: "Es un intento de destrozar comunidades, y pone sus vidas en peligro".

No es la primera vez que Trump lanza estas difamaciones sobre la población migrante de la ciudad de Ohio. Durante el debate frente a Kamala Harris señaló: "En Springfield la gente que vino se está comiendo los gatos. Se comen las mascotas". Palabras que han tenido consecuencias, dos escuelas y cuatro edificios gubernamentales han sido desalojados en las últimas horas.

Jean-Pierre ha reiterado: "Estamos al tanto de los informes de una amenaza bomba en el Ayuntamiento". Señalamientos que, lejos de ser memes que circulan por la red están teniendo repercusión en la vida real.