Más de 370 caceroladas han respondido al discurso a la nación del presidente francés, Emmanuel Macron, en el que ha defendido el "necesario" aumento de la edad de jubilación de los 62 a los 64 y más tarde la contestación ha elevado el tono con disturbios en varias ciudades francesas.
Macron prometía en su discurso "cien días de apaciguamiento"con mejoras laborales, el control de la migración y un refuerzo del sistema judicial tras semanas de contestación social contra una reforma que el mandatario ha tildado de "necesaria". Pro la paz no ha llegado de momento a las calles.
La Asociación por la Tributación de las Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana (Attac) ha informado de las caceroladas convocadas en espacios públicos, fundamentalmente plazas, en distintos puntos del país, entre ellas la plaza del Ayuntamiento de París, donde se han congregado cientos de personas.
La manifestación tuvo un momento de tensión con la policía, según France 3, que destaca que la calma regresó unos minutos después. En otros barrios parisinos también se han realizado concentraciones.
La imagen se ha repetido en Toulouse, Rennes, Amiens, Limoges o Marsella con estos "conciertos de cacerolas" celebrados a la misma hora a la que Macron comparecía en las pantallas francesas. En Dijon la concentración no estaba autorizada y la Policía ha empleado gases lacrimógenos para dispersar a los asistentes.
Más tarde, ha habido disturbios en Lyon, donde los manifestantes han empleado pirotecnia contra la Policía. En Rennes la Policía ha utilizado cañones de agua y gas lacrimógeno. También se han producido protestas en Burdeos, Angers, Nantes o Rennes, donde se han contabilizado un millar de manifestantes, según 'Le Figaro'.
La Prefectura parisina ha informado de 2.000 manifestantes en el Distrito X y el Distrito XIII, además de la concentración de la plaza de la Villa.
"Desconectado" de la ciudadanía
Distintos partidos de la oposición han cargado contra el presidente francés y le han acusado de estar "desconectado" de la ciudadanía.
El fundador de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha indicado en la citada red social que Macron se encuentra "fuera de la realidad". "Asume el robo de dos años de libertades. Las cacerolas suenan más certeras", ha sentenciado, aludiendo a las más de 300 caceroladas que se han producido durante su discurso.
La líder del partido opositor Agrupación Nacional, la ultraderechista Marine Le Pen, ha afirmado en su perfil de Twitter que Macron, en vez de "restablecer el vínculo" con la ciudadanía, ha vuelto a "darles la espalda e ignorar su sufrimiento".
"Esta práctica de ejercer el poder de forma desconectada, solitaria y obtusa marca la continuación de un quinquenio de desprecio, indiferencia y brutalidad que tendrá que salir tras (acudir a) las urnas", ha señalado, en referencia a unas futuras elecciones en el país.
El presidente de Los Republicanos, Eric Ciotti, también se ha pronunciado al respecto en Twitter, asegurando que no hay "nada nuevo". "El método (de Gobierno) no cambia con objetivos loables si no hay el menor cuestionamiento (a las decisiones tomadas)", ha sentenciado.
Del lado del Partido Socialista, su secretario general, Olivier Fauré, ha acusado a Macron de ser un "presidente incendiario". "Desde el palacio de los empantanados, el presidente pirómano promete 100 días para apagar el fuego que alimenta a diario", ha dicho en su perfil de Twitter.
Los sindicatos contestan
Más tarde, la secretaria general de la Confederación General de Trabajadores (CGT), Sophie Binet, se ha preguntado "en qué planeta vive Macron". "Este discurso podría haberlo hecho ChatGPT", ha ironizado durante una entrevista en TF1 Info en la que también ha dejado claro que las acciones del presidente "dañan la imagen de Francia en el exterior".
El secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (DFDT), Laurent Berger, ha precisado ante las palabras de Macron, quien ha dejado la "puerta abierta" a los sindicatos para reunirse en el Elíseo, que esa puerta "lleva tres meses con triple llave".
Berger ha lamentado, durante una entrevista con la cadena BFMTV, que sus palabras son "una especie de vacío" que demuestran "su desprecio por los trabajadores". En este sentido, ha indicado que "el lamento" del jefe de Estado sobre la falta de consenso en los distintos sectores "no cambia mucho".
Por otro lado, en un comunicado de forma conjunta, la intersindical ha acusado al presidente francés de no haber "entendido aún la ira que se expresa en el país y que persiste". "Es el único responsable de una situación explosiva", ha indicado en un comunicado en su perfil de Twitter.