Lista para actuar
El caos financiero de Trump pone en alerta a la Reserva Federal para actuar si los mercados se descontrolan
¿Qué podemos esperar? Tras el silencio generalizado de la FED durante el inicio de la guerra comercial provocada por el presidente de EEUU, la directora de Boston asegura que la agencia gubernamental "estaría absolutamente preparada" para desplegar su potencia con el fin de estabilizar la economía.

En medio de la vorágine financiera que sacude Wall Street, con jornadas en las que se baten récords de ganancias -como la mayor subida del S&P 500 desde 2008 y la mejor sesión del Nasdaq desde 2001- y otras marcadas por la agónica caída de la curva, impulsada por la errática estrategia comercial de Trump, ha bastado con unas declaraciones de la Reserva Federal (FED) para contener, al menos en parte, la volatilidad de los mercados. Unas palabras que han traído una aparente calma a las plazas, en especial a la neoyorquina. Desde el inicio de la guerra comercial, el presidente de la FED se ha negado a pronunciarse, adoptando un papel de mero espectador ante el caos económico provocado por Trump. Sin embargo, la locura ha alcanzado su punto límite. Y todo porque las caídas han llegado a un mercado mucho más delicado: el de las divisas y el de la deuda, que durante las últimas jornadas han registrado altibajos particularmente violentos.
Una volatilidad en los precios que no hace gracia a la directora de la Reserva Federal de Boston, Susan Collins, que ha dejado atrás la pasividad del banco central de EEUU para lanzar un mensaje a todos los inversores: la FED "estaría absolutamente preparada" para desplegar su potencia de fuego con el fin de estabilizar los mercados financieros si las condiciones se tornaran desordenadas. "Hemos tenido que desplegar con bastante rapidez diversas herramientas", apunta Collins al 'Financial Times', refiriéndose a intervenciones anteriores para abordar la situación caótica de los mercados. "Estamos totalmente preparados para hacerlo según sea necesario".
Unas declaraciones al 'Financial Times' que han tenido un impacto directo en Wall Street, el cual cierra la jornada con avances en torno al 2 % en los principales indicadores. Una sesión en verde que pone fin a una semana turbulenta que, contra todo pronóstico, acumuló ganancias. En el cómputo de las últimas cinco jornadas, el tecnológico Nasdaq acumula una subida del 7 %, mientras que el S&P 500 avanza casi un 6 % y el Dow Jones un notable 5 %.
Ahora, el panorama no apto para cardíacos de las últimas semanas deja de ser algo excepcional para convertirse en la nueva narrativa dominante entre los inversores. Así lo define Greg Bassuk, director ejecutivo de AXS Investments en Nueva York, quien asegura que los 'brokers' se encuentran "en medio de este tira y afloja, buscando señales positivas de que la incertidumbre que ha estado asolando el mercado disminuirá".
De Wall Street a la rentabilidad de la deuda
Wall Street ya no es el único mercado donde reina la volatilidad, sino que los gravámenes impuestos por Trump ya afectan a la rentabilidad de la deuda estadounidense. En concreto, el parámetro en cuestión de cara a diez años pasó de subir 16 puntos básicos en la sesión de este viernes a apenas cuatro, hasta un 4,49%, todavía lejos del 3,99% de la semana anterior. Para hacernos una idea: cuanto más alta es la rentabilidad de la deuda, peor resulta para el país, ya que dicho déficit deberá pagarse a un precio mayor. También sorprende la rápida subida en el rendimiento del bono a 30 años, más del 4,9 %, en las últimas horas, hasta tal punto que algunos analistas lo califican como el movimiento más brusco desde finales de los años ochenta.
La dirección alcista del rendimiento de la deuda de estos días no pasa desapercibida. Y no es para menos. En periodos de incertidumbre, los inversores suelen refugiarse en los bonos, y al aumentar su demanda, los títulos se encarecen y baja su rentabilidad. Pues lo que se suponía la línea natural de los acontecimientos ha dado un giro de guion digno de las políticas de Trump. El miércoles, la estabilización de la deuda se produjo tras el anuncio de la tregua, pero también influyó que el Tesoro registrara una alta demanda en su subasta de títulos a 10 años por valor de 39.000 millones de dólares y títulos a 30 por valor de 22.000 millones.
Aun así, la analista Seema Shah, de Principal Asset Management, señala que "los bajos costes de financiación son un pilar clave en la agenda de la administración Trump, por lo que el giro en las tendencias del mercado y el alza en el interés de los bonos ha provocado, sin duda, preocupación en la Casa Blanca". En resumen, los efectos de los aranceles impulsados por el presidente de EEUU empiezan a hacer mella en la economía del país, que lejos de mejorar, está generando unadesconfianza hacia la Casa Blanca sin precedentes.
El dólar ya no es una moneda refugio segura
Y mientras los valores estadounidenses pierden su condición de activos seguros, para Trump el país avanza "muy bien" con su "orden y mando arancelario".Eso es lo que afirma Trump, aunque los estadounidenses opinen lo contrario. Según un estudio de la Universidad de Míchigan, la confianza de los consumidores se ha desplomado hasta el segundo nivel más bajo desde 1952 y el temor a la inflación ha crecido hasta alcanzar cotas no vistas desde los años ochenta.
Por si fuera poco, el dólar,otro de los activos clave para medir los altibajos del mercado, se encuentra en caída libre.La moneda de EEUU continúa depreciándose este viernes frente a las principales monedas, ya que el tira y afloja comercial en torno a los aranceles ha sacudido la confianza de los inversores en la solidez del billete verde, llevándolo a su nivel más bajo en una década frente al franco suizo y a un mínimo de tres años frente al euro.
"Parte de la debilidad del dólar en las últimas semanas ha estado relacionada con las preocupaciones sobre una recesión o un recorte de tasas por parte de la FED, pero ha ido más allá de eso", dijo Win Thin, jefe global de estrategia de mercados en Brown Brothers Harriman en Nueva York, en unas declaraciones recogidas por 'Reuters'.
En realidad, estamos ante una pérdida de confianza y credibilidad no solo en el dólar, sino también en las políticas económicas estadounidenses.Normalmente, la moneda estadounidense, al igual que los bonos, suele fortalecerse como activo refugio, pero en esta ocasión el yen y el franco suizo le han tomado la delantera y son los que han estado recuperando ese terreno.Un escenario complejo que deja en jaque a Trump, con una estrategia comercial que suma más detractores que aliados y que, visto lo visto, no se está desarrollando según elguion previsto por el presidente de EEUU.