El número 3 del Vaticano ha sido imputado por pederastia y en menos de tres semanas deberá sentarse ante el juez. "Los tribunales me ofrecen ahora una oportunidad de limpiar mi nombre y, entonces, volver de nuevo a Roma para trabajar", afirma George Pell.
Pell comparecía con premura pero sin aceptar preguntas para anunciar su excedencia como responsable de las finanzas de la Santa Sede. Dice que ahora podrá limpiar su nombre, pero la Policía ha aclarado que las acusaciones no son aisladas, y es que se enfrenta a múltiples cargos respecto a ofensas sexuales históricas y hay múltiples demandantes de esos cargos.
Los medios australianos ya habían revelado las denuncias de hombres que aseguran que cuando eran niños, Pell jugaba con ellos en la piscina y llevaba a cabo tocamientos en sus genitales bajo el agua.
Él siempre lo ha negado, aunque sí llegó a reconocer fue su falta de acción como responsable de la iglesia ante los numerosos casos de abusos. Ahora viajará hasta Australia, y veremos si con billete de vuelta.