Aspiran a ser el máximo representante de la iglesia católica

El legado de Francisco, a examen: la lucha de progresistas y conservadores por la sucesión del papa

¿Por qué es importante?
Tras la muerte de Francisco todas las miradas se ciernen sobre su sucesor. En las primeras filas, una serie de aspirantes con pensamientos muy distintos. Según Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal, la institución intentará mantener una línea continuista.

El papa Francisco junto a Pietro Parolin, uno de los papables.

Hasta 252 cardenales están llamados al cónclave en el que se elegirá al nuevo papa. Sin embargo, del total, solo 135 pueden elegir y ser elegidos, ya que son los que tienen menos de 80 años. El país que más representantes tiene es Italia, seguido de Estados Unidos y Brasil.

La gran pregunta ahora es quién ocupará ese puesto que ha quedado vacante en el Vaticano. Tal vez una pequeña pista esté en lo que este lunes ha dicho el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, cuya apuesta es que la iglesia intentará mantener una línea continuista con lo que el papa Francisco ha defendido a lo largo de estos años.

"Seguirá la pauta que la iglesia ha iniciado con Francisco, reforzando las grandes líneas del Concilio Vaticano II", ha asegurado Argüello, quien tiene "una confianza grande en que el futuro obispo de Roma será el papa que la iglesia precise para este momento de la iglesia y para este momento de la vida social, de la vida del mundo, que es singularmente desafiante".

Los aspirantes progresistas

Si seguimos el hilo de de perfiles progresistas, hay cuatro aspirantes para ser el máximo representante de la iglesia católica. El primero es Luis Antonio Tagle, de Filipinas. A sus 67 años, podría ser el primer papa asiático si es elegido. Es un hombre conocido por sus posturas progresistas y su enfoque inclusivo. De hecho, ha criticado la actitud de la iglesia hacia las personas divorciadas y las comunidades LGBTI. "La mirada humana de la iglesia sobre las personas, independientemente de su orientación sexual, debe estar muy presente", ha expresado Tagle.

El siguiente nombre que aparece en el ala progresista es el del italiano Matteo Maria Zuppi, quien ha defendido la integración de las personas homosexuales dentro de la iglesia y también del colectivo LGTBI. Además, se ha mostrado activo en la diplomacia internacional. En este sentido, fue el elegido por el Vaticano para viajar a Ucrania e intentar rebajar la tensión en el conflicto con Rusia. Zuppi era una de las personas cercanas al papa Francisco, próximo a sus ideales y que garantizaría esa línea de una iglesia abierta.

La lista continúa con el cardenal ghanés Peter Turkson, de 77 años. Su posible elección sería un hito, ya que se convertiría en el primer papa negro de la historia. Hasta el momento, Turkson ha ocupado puestos de gran relevancia en el Vaticano, siendo reconocido especialmente por su compromiso con la justicia social. De hecho, el papa Francisco lo puso en 2017 al frente del departamento encargado de enfrentar los desafíos globales como la pobreza, la crisis ambiental y los movimientos migratorios.

El último de esos cuatro candidatos de corte progresista es otro italiano, Pietro Parolin, quien ha desempeñado la función de secretario de Estado del Vaticano. El religioso, que fue ordenado a los 25 años, optó por formarse para el servicio diplomático del Vaticano, y ha hecho gala de esa experiencia como negociador, logrando firmar acuerdos entre la Santa Sede y China. Además, también se pronunció sobre la guerra en Gaza, defendiendo que la única solución pasa por el reconocimiento de los dos estados.

Los conservadores (algunos ultras) que pueden suceder a Francisco

También hay cardenales conservadores --algunos muy ultras-- con posibilidades de suceder al papa Francisco. El primero de ellos, Robert Sarah, es uno de los más polémicos. Es de Guinea, tiene 80 años y se ha mostrado contrario a prácticamente todos los avances sociales. Se opone al matrimonio homosexual, a la eutanasia, al aborto, o al divorcio, entre otros. "No puede ser que haya existido una civilización donde los pueblos hayan legalizado el aborto, y donde la homosexualidad y la eutanasia han demolido la familia y han destruido el matrimonio", declaró en una ocasión.

El segundo aspirante conservador con opciones de convertirse en papa es Raymond Leo Burke, un cardenal estadounidense de 78 años conocido también por varias polémicas. Durante la pandemia, fue uno de los que animaban a no vacunarse contra el coronavirus. Su alegato era que nos metían "un microchip" bajo la piel y, paradójicamente, fue una de las millones de personas que se contagió del COVID-19.

Además, el estadounidense también es conocido por su oposición al matrimonio homosexual: "Cuando la iglesia está diciendo que los actos sexuales de personas del mismo sexo son intrínsicamente malos, que van en contra de la naturaleza misma, está simplemente diciendo la verdad", ha manifestado.

Otro candidato reaccionario es el italiano Angelo Bagnasco, que ha sido presidente de las Conferencias Episcopales de Europa y también se ha posicionado en contra del matrimonio homosexual. En su caso, lo ha llegado a comparar con la pedofilia o el incesto.

El último aspirante de los conservadores es Willem Jacobus Eijk, de 71 años. El neerlandés se opone a lo que él llama "ideología de género" que, según dice, "corrompe el mundo" y "tiene consecuencias graves para la fe cristiana". En lo referente a las mujeres, cree que su papel, básicamente, es tener hijos, y que no se pueden negar a ello. "La mujer debe estar siempre abierta a la procreación", defiende.