Al Baguz, en la frontera con Irak, es el símbolo de la caída del Dáesh en Siria. Era el último reducto que la organización terrorista controlaba al este del país.
Con esta victoria de las fuerzas democráticas sirias se pone fin a lo que el grupo terrorista denominaba como su propio "califato".
Su líder, Abu Bakr al-Baghdadi proclamaba en 2014 el nacimiento de esta organización que llegó a controlar hasta un tercio de países como Irak o Siria.
Una de sus primeras conquistas fue la ciudad iraquí de Mosul sin apenas resistencia. Y en su expansión pasaron a ocupar unos días más tarde también la localidad de Tikrit.
En Siria, el Dáesh ya controlaba Raqqa, uno de sus principales cuarteles generales, pero amenazaba al mundo con sus campañas en redes sociales.
Ante este avance, el expresidente de EEUU, Barack Obama, anunciaba la formación de la Coalición Internacional: "América actuará como parte de una coalición internacional". Meses después, más de 70 países apoyaron a EEUU para detener el terror del Dáesh en Siria e Irak.
En 2016, la Coalición recupera zonas de Siria y un año más tarde, en 2017, arrebata al Dáesh el bastión iraquí de Mosul que les obliga a declarar el fin de su "califato" en Irak, un duro golpe con el que el grupo terrorista fue perdiendo todo lo que había llegado a controlar, pero seguía sembrando terror en Occidente.
Meses más tarde, con la ayuda de Rusia, el Ejército sirio expulsa a los terroristas de Raqqa y Désh continúa perdiendo fuerza y terreno en Siria. Este retroceso coincide con la llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU.
Por eso, en 2018 decide retirar parte de sus tropas del país porque, aseguraba, el Dáesh estaba derrotado. "Es la hora de que nuestras tropas vuelvan a casa", declaró el presidente de EEUU. Y volverán todas las tropas. Es el anuncio que ha hecho EEUU después de este triunfo sobre Al Baguz.