Los centros de internamiento de migrantes fuera de la Unión Europea (UE) se acaban de quedar fuera del acuerdo alcanzado este jueves por el Consejo de Europa. Tras un debate de aproximadamente nueve horas, la solución liderada por la primera ministra italiana Giorgia Meloni no se va a incluir en el texto de conclusiones presentado por el presidente de la institución, Charles Michel, y su equipo durante la noche.

Este podría ser el texto definitivo en el que se han ido recogiendo las preocupaciones migratorias de Polonia, después de un debate que fuentes europeas, reconocen, ha sido muy emocional. En esa línea, han apuntado que se trata de un tema sensible para la gran mayoría de los Gobiernos.

Prueba de ello es el compromiso adquirido por los países participantes a estudiar "nuevas formas" que permitan "evitar y contener la migración irregular" que buscar llegar a suelo comunitario, una fórmula que evoca la línea más dura de países como Italia, Polonia o Dinamarca de explorar "soluciones innovadoras" como la creación de centros de deportación fuera de la Unión o castigar a los países terceros que no cooperen en los retornos. Por el momento, sin embargo, queda fuera.

"La migración es un desafío europeo que requiere una respuesta europea. Debemos fortalecer la implementación de nuestro enfoque integral", ha escrito en redes sociales el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para anunciar el acuerdo en la cumbre a 27. Entre las claves, Michel señala la necesidad de establecer alianzas con los países de origen y tránsito de la migración irregular, la lucha contra las mafias, un mayor control de la frontera exterior, potenciar las deportaciones y promover vías legales de entrada.

Con este compromiso los mandatarios atienden a la llamada de 14 de los socios que, en un documento de trabajo circulado en las últimas semanas, reclamaron explorar "soluciones innovadoras" para endurecer la política migratoria. También toman nota de la carta que les envió días atrás la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, respaldando la necesidad de debatir nuevas fórmulas para frenar los flujos irregulares y pidiendo "sacar lecciones" del modelo de Giorgia Meloni en Albania.

Precisamente, esos países reunidos bajo la égida de la italiana Meloni han estado presionando durante toda la tarde de este jueves para incluir los centros deportación de migrantes fuera de la Unión Europea en el acuerdo. Por ejemplo, Austria y Países Bajos planteaban Uganda o Siria, países de todo menos seguros, como destino.

Entre los países que se han mostrado contrarios a esta solución, se encuentra Francia y España, mientras que Bélgica y Alemania admitían sus dudas. No obstante, el canciller alemán Olaf Scholz ha asegurado ante los medios que estas medidas serían solo "una gota en el océano" y "no una solución real".

Además, los líderes han concedido a Polonia una referencia explícita al papel de Rusia y Bielorrusia en la "instrumentalización" de la migración y a cómo "no se puede permitir que abusen de los valores, incluido el derecho al asilo, y minen las democracias (de la UE)"; por lo que manifiestan el compromiso de enfrentarla.

Asimismo, el texto final de conclusiones subraya también la "importancia de implementar la legislación europea adoptada y aplicar la legislación existente", una fórmula que sustituye las referencias explícitas que aparecía en el primer borrador y luego decayó a la necesidad de acelerar la aplicación del Pacto de Migración y Asilo como pide España.

Los líderes, además, piden a la Comisión Europea que presente "con carácter de urgencia" una nueva propuesta para revisar la directiva de retornos y piden medidas "a todos los niveles para facilitar, aumentar y acelerar" las deportaciones.

Sánchez desde Bruselas

Por su parte, el presidente de España y en una rueda posterior al debate ha vuelto a rechazar modelos de gestión de la migración como el de Italia porque a sus ojos "no atajan los problemas y crean otros nuevos". En esa línea, aseguró que España apuesta por "una visión mucho más volcada en la dimensión exterior" del fenómeno migratorio, reforzando la cooperación con os países de origen y reforzando la seguridad de sus fronteras, así como en una mayor coordinación de los países de la Unión Europea.

Además, respaldó una "aproximación en positivo" para reforzar la migración regular, legal y bien ordenada, que es "la respuesta al reto demográfico" de España y del conjunto de Europa. Sánchez insistió en la necesidad de no perder de vista "la humanidad" cuando se gestiona la migración porque en ello se basan los principios de la Unión Europea y de ello depende definir "la Europa que queremos ser".

Al hilo de los asuntos abordados en el Consejo Europeo, reiteró el apoyo al pueblo ucraniano"en todos los frentes y durante el tiempo que sea necesario", así como la necesidad de frenar las exportaciones de armamento a Israel y de reconocer al Estado palestino por quienes aún no lo han hecho.