El presidente de Chile, el izquierdista Gabriel Boric, se ha dado un año para hallar a las 1.162 personas que aún siguen desaparecidas tras la llegada de Pinochet al poder. De eso, del golpe de Estado contra Salvador Allende, el año que viene se cumplirán cincuenta años y el nuevo gobierno quiere reparar la memoria de las víctimas de la dictadura.
Es el caso del padrastro de Fernando Palma: "Se llama Francisco Aedo y era profesor de Arquitectura en la Universidad de Chile", explica a nuestros micrófonos. "El día del golpe ya lo fueron a buscar y lo mandaron al norte, al campo de concentración", destaca.
Desde allí fue capaz de enviar una carta a la madre de Fernando, su pareja, pero aún no se sabe más de su paradero. Encontrarlos ha sido un compromiso de Boric, que ha prometido "verdad, justicia, memoria, reparación y no repetición" a los chilenos.
Sin embargo, este compromiso no será fácil ya que las víctimas denuncian la poca colaboración de las Fuerzas Armadas Chilenas, a las que pertenecía Augusto Pinochet y que tuvieron un papel fundamental durante el golpe.
El nuevo plan contempla nuevas bases de datos genéticas, así como el uso de nuevas tecnologías para avanzar en las investigaciones, con el objetivo de recuperar la memoria de todos aquellos que lucharon por la libertad.