La pesadilla continúa en Chile. El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) de Chile ha elevado a 23 los fallecidos por la ola de incendios forestales que están arrasando el centro-sur del país latinoamericano y que han llevado al Gobierno a pedir ayuda internacional a varios países, entre ellos España, para contener las llamas. España ya ha respondido a este llamado enviado a 50 brigadistas equipados con seis drones.

En su último balance, el Senapred ha confirmado un total de 23 fallecidos, más de una decena de personas desaparecidas y al menos 800 viviendas destruidas y 20 centros educativos siniestrados.

Las llamas siguen avanzando y ya han quemado más 160.000 hectáreas con más de200 incendios continúan activos en las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía. Los equipos de extinción trabajan sin descanso ante un escenario completamente apocalíptico.

Aunque las temperaturas han subido y parecen que dan un poco de tregua, el martes se volverán a llegar a cifras récord superando los 40ºC, tiempo insuficiente para controlar las llamas.

Del total de fallecidos, 12 corresponden a la comuna de Santa Juana, en la región del Biobío, incluida Yesenia Muñoz, trabajadora de Bomberos que murió durante las labores de control. A su funeral ha acudido este domingo el presidente chileno.

Un piloto de avioneta y su acompañante murieron en la comuna de Galvarino, en la región de La Araucanía, después de que la aeronave se estrellara cuando se dirigía a controlar los incendios forestales.

Según ha detallado la ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, otros cuatro fallecidos fueron sorprendidos por las llamas cuando circulaban por la comuna de Santa Juana.

Además, las autoridades han confirmado la detención de diez personas por su presunta implicación con los incendios.