China no perdona la corrupción. Al menos, así lo ha expuesto un tribunal militar del país asiático que ha condenado a cadena perpetua a Fang Fenghui, exjefe del Estado Mayor chino, por un delito de corrupción.
El militar recibió y ofreció sobornos y poseía numerosas propiedades "de orígenes no identificativos". Según ha explicado la agencia estatal Xinhua, las consecuencias de esta condena implican privar de por vida a Fenghui de todos los derechos políticos a los que pudiera acceder.
Además, al exjefe del Estado Mayor le han sido confiscadas todas estas propiedades que han propiciado su codena, así como el dinero que obtuvo de forma ilegal que irán a parar a las arcas de China.
Esta decisión juducial se ha producido en un contexto en el que el país lleva a cabo una intensa campaña anticorrupción iniciada en 2013 por el presidente chino Xin Jinping, y que hasta la fecha ha sancionado a casi dos millones de dirigentes y altos cargos del país.