Colonizar Gaza. Es el objetivo de una conferencia celebrada este domingo en Jerusalén, en la que el sector más ultra israelí ha presentado un proyecto para construir asentamientos judíos en la Franja y expulsar a los palestinos de su territorio.
Entre los asistentes se encontraban hasta 12 ministros del partido de Benjamin Netanyahu y dos del partido de extrema derecha que forma parte de la coalición de gobierno, que apoyaron vehementemente el plan. Desde el escenario, el ministro de Seguridad Pública israelí, Itamar Ben Gvir, declaraba que "es hora de volver a casa", mensaje que reafirmaba el titular de Finanzas, Bezalel Smotrich: "Ustedes saben cuál es la respuesta: sin asentamientos no hay seguridad", aseveró.
Incluso aprovecharon para reprochar al primer ministro que no solo no apoye el plan, sino que se oponga. "Señor primer ministro Benjamin Netanyahu, me dirijo a usted desde este escenario. Es una pena esperar otros 19 años para comprender que Gaza y el norte de Cisjordania deben ser devueltos", clamó Gvir.
El plan para colonizar el enclave palestino ha resurgido con fuerza entre la sociedad civil israelí desde los ataque de Hamás del pasado 7 de octubre. Lo ven como la solución al conflicto e instan al Ejecutivo a que fomente lo que llaman 'emigración voluntaria' de los más de dos millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza.
Una supuesta voluntariedad que para los más ultras pasa por dejarles sin nada, como defendía una activista del movimiento colono, Daniella Weiss, durante la conferencia de este domingo: "Si no les damos comida, no les damos nada a los árabes, tendrán que irse y el mundo tendrá que aceptarles", afirmaba. Su propuesta, en definitiva, es forzar a la población gazatí a huir de sus hogares.