La pequeña ciudad de Springfield, Ohio, ha sido el epicentro de una tormenta mediática y social debido a una ola de desinformación que ha tomado por asalto las redes. En las últimas semanas, se ha viralizado la acusación de qué migrantes haitianos en situación irregular están cazando y comiéndose las mascotas locales, en particular gatos domésticos. Sin embargo, la policía local ha desmentido categóricamente estas afirmaciones.
El rumor comenzó a circular en redes sociales, ganando tracción rápidamente, impulsado por memes y mensajes en plataformas como Twitter, ahora conocida como 'X'. "Por favor, votad por Trump para que los migrantes haitianos no nos coman", reza uno de los comentarios más compartidos, en un intento de retorcer el discurso migratorio para la campaña electoral. Políticos republicanos, como el senador J.D. Vance, han aprovechado el pánico y la indignación para reforzar su narrativa antiinmigrante, señalando que este es solo un ejemplo más del "caos" causado pro las políticas de inmigración.
El propio Elon Musk se unió a la controversia, respondiendo a publicaciones que mencionan que "20.000 haitianos se están comiendo las mascotas de la gente". Incluso publicó memes con imágenes de 'Los Simpson', comparando la situación con escenas de la famosa serie de televisión, donde Bart y Lisa entierran a una de sus mascotas.
Sin embargo, la narrativa ha sido desmentida por las autoridades. La policía de Springfield ha aclarado que no existe evidencia alguna de que migrantes haitianos estén involucrados en la caza o consumo de animales domésticos. La supuesta "prueba" de estas acusaciones, un video viral de la detención de una mujer por comerse un gato, fue rápidamente desmentido: la detenida no es migrante ni haitiana, sino una ciudadana estadounidense de la localidad de Canton, Ohio.
A pesar de los esfuerzos por desacreditar esta información, la desinformación continúa propagándose, fomentando el miedo y la desconfianza en la comunidad. La situación ha generado tensiones raciales y migratorias, y ha sido aprovechada políticamente para alimentar el discurso de la derecha ultraconservadora en la recta final de la campaña presidencial.
El impacto de estos rumores ha sido tan fuerte que la policía ha tenido que emitir comunicados de prensa para calmar a la población, aclarando que no hay ninguna amenaza real a las mascotas locales por parte de los migrantes. Mientras tanto, Springfield se encuentra atrapada en medio de un relato distorsionado que mezcla xenofobia con el amor por los animales, y que está siendo utilizando como herramienta electoral en una campaña cargada de divisiones.