Durante casi una década, Dominique Pelicot ofreció a su mujer para que abusaran repetidamente de ella. Según explicó a los investigadores, lo hacía porque le gustaba ver cómo otros hombres la tocaban. En total fueron 92 violaciones de 50 hombres distintos.

Gisèle Pelicot, de 71 años, estaba inconsciente en todo momento. Su ahora exmarido la drogaba primero con ansiolíticos y la sumisión química era tan potente que incluso a día de hoy no recuerda nada de lo sucedido. "Cuando se despertaba, mi padre le explicaba que había perdido el conocimiento, que estaba muy cansada", cuenta la hija de la víctima, Carolina Darian.

Pelicot actuó con total impunidad entre 2011 y 2020 en Mazan, Francia, hasta que la policía lo descubrió por casualidad. Hace cuatro años lo detuvo por grabar bajo las faldas de varias mujeres en un supermercado. Al registrar su material informático, dieron con miles de fotos y videos de los abusos a los que Gisele había sido sometida.

Ahora, medio centenar de hombres están acusados de estas violaciones. La mayoría alegaron a las autoridades que pensaban que la mujer se hacía la dormida. El juicio, que ha empezado este lunes, durará cuatro meses. La propia víctima, que ha contraído cuatro enfermedades sexuales a raíz de las violaciones y padece un fuerte estrés postraumático, ha pedido que el juicio sea público.

El historial del exmarido no se queda ahí. Al cotejar su ADN, se le ha acusado de asesinar a una mujer de 23 años en París en 1991 y de intentar violar a otra joven en 1999.