El mayor ataque de la historia contra Israel fue una operación muy preparada. Así lo ha revelado Ali Baraka, portavoz de Relaciones Exteriores de Hamás: "Lo hemos estado preparando durante los dos últimos años", ha afirmado. Sostiene que les hicieron "creer que Hamás estaba ocupada gobernando Gaza y sus 2,5 millones de habitantes".
Una operación relámpago, en varios puntos a la vez, que ha mostrado el poderío de Hamás, del que presume en sus redes, desarrollado, en gran parte, con sus propias manos: "Tenemos fábricas locales para todo. Cohetes con un alcance de 250, 160, 80, 45 y 10 kilómetros. Tenemos fábricas para morteros y escudos. Podemos fabricar artesanalmente rifles y pistolas", ha asegurado el portavoz.
A eso hay que añadir la fabricación de balas para Kalashnikov después de que Rusia les diera licencia para fabricar munición en su propio territorio para ese tipo de armamento.
Con la Franja de Gaza bloqueada por tierra, mar y aire, Hamás ha hecho de la necesidad virtud, gracias también a Irán, que no solo les entrega armas modernas, sino que también lleva dos décadas, según los expertos, instruyendo a los ingenieros de Hamás en la fabricación casera de estas armas.
En muchos casos, además, lo han hecho con materiales reciclados: gran parte de este armamento, fabricado en túneles secretos, se elaboró con restos hierros, chapas y bombas sin detonar de los ataques lanzados precisamente por Israel contra la Franja de Gaza.