"La gente los territorios Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporyia van a ser nuestros ciudadanos para siempre". Son las palabras que pronunció Vladimir Putin el viernes pasado durante el acto de celebración de la anexión de estos territorios ucranianos ocupados ilegalmente.
Será eso, sus nombres, de las pocas cosas que conserven después de esta anexión. Y es que el Kremlin obligará a las cuatro regiones a realizar diversos cambios para asemejarse más al nuevo país al que pertenecen. Según los documentos remitidos a la Duma, el ruso será a partir de ahora su idioma oficial, aunque se garantizará a los ucranianos el derecho a expresarse en "su lengua madre".
A esto se suma que la única moneda que se podrá utilizar en 2023 será el rublo, dejando atrás la grivna, que estará en circulación hasta el 31 de diciembre. Además, todos los residentes serán reconocidos automáticamente como ciudadanos de la Federación Rusa, y solo podrán mantener su ciudadanía ucraniana si lo expresan oficialmente en el plazo de un mes.
En cuanto a su integración militar, las diferentes unidades y formaciones armadas que existen en estas regiones se integrarán en las Fuerzas Armadas de Rusia.
Putin nombrará en un plazo de 10 días a jefes y gobernadores interinos para estos territorios. Se espera que el periodo de transición para la integración política, económica y legal de estos territorios se prolongue hasta 2026.