El accidente se produce en cuestión de minutos tras el despegue. Sale del aeropuerto internacional de Moscú-Domodédovo con destino a Orsk pero a 50 kilómetros cae en picado en la localidad de Argunovo. El aparato desaparece del radar en menos de 10 minutos. Su velocidad también es anómala: no es constante, sino muy irregular.
Pero la tripulación no llegó a informar de ningún fallo según el comité de investigación. Según los testigos, el aparato de la aerolínea Saratov habría explotado en el aire, una hipótesis que barajan también los investigadores. Eso explicaría que los restos encontrados estén tan dispersos.
En el avión viajaban 71 personas. Nadie ha sobrevivido. En la lista de pasajeros había tres menores y al menos dos extranjeros. La embajada de España en Moscú ha confirmado que no hay ninguna víctima española.
Los equipos de emergencias han localizado ya dos de los cuerpos, aunque habrá que recurrir a pruebas genéticas para identificarlos. Han recuperado además la primera de las cajas negras. Las conversaciones revelan cómo los controladores intentaron contactar con el avión, sin respuesta.
El gobierno ruso ha decretado el estado de emergencia en las regiones de Moscú y en Oremburgo, donde ha caído el avión. El presidente Putin ha transmitido sus condolencias a las familias de las víctimas y ha cancelado su viaje oficial a Socchi.