Los jefes de Estado y Gobierno de los países miembros de la Unión Europea (UE) siguen sin llegar a un acuerdo sobre las medidas concretas que se deben adoptar para ayudar a los estados a afrontar la crisis económica derivada del coronavirus, aunque sí han coincidido en la necesidad de crear un fondo económico y social de recuperación.
Bruselas ha respaldado movilizar al menos dos billones de euros que salgan del fondo comunitario para el plan de reconstrucción. Los líderes, que han asistido virtualmente al cuarto Consejo Europeo (CE), se han puesto de acuerdo es en la necesidad de crear ese fondo. Las diferencias, sin embargo, persisten a la hora de decidir cómo los países accederán al dinero.
El plan que ha defendido la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, se financiará a través de un Instrumento de Recuperación (RI) temporal, así como del sistema de recursos propios del MFP. Permitirá a la Unión levantar hasta 320.000 millones en los mercados para financiar políticas e instrumentos claves para la salida de la crisis.
"Esta crisis ha golpeado más a unos países que a otros".
La propuesta de Bruselas ha generado tensiones, pues habla demasiado de préstamos, que es por lo que apuestan países como Alemania y Holanda, y poco de transferencias, que es lo que quieren los países del sur, como Italia, Francia y España, para no seguir engordando su deuda nacional.
Europa, en este momento, necesita transferencias y no prestamos. Es lo que ha defendido el presidente francés, Emmanuel Macron, tras el encuentro telemático: "Esta crisis ha golpeado más a unos países que a otros, y los más afectados necesitan un plan de relanzamiento de urgencia".
Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores, ha manifestado también en una rueda de prensa al término de la reunión que España mantiene la voluntad de que el fondo sirva para "hacer transferencias a los países" por tres razones: "Hay que evitar el sobreenduedamiento de algunos países, es decir, una salida asimétrica de la crisis; por una cuestión de solidaridad dentro de la familia europea; y porque sería una garantía del correcto funcionamiento del mercado interior de la UE".
El 6 de mayo el CE presentará un proyecto de reconstrucción
Aunque Gonzáez Laya ha alabado un "cambio de tono en el debate" entre países y los avances alcanzados en el encuentro: "No hay un consenso completo, pero sí avances en, por ejemplo, el apoyo a la creación de este fondo -algo que define como un logro-, y en la robustez de este", haciendo referencia a que la cifra que se pretende movilizar es similar a la que proponía España de un billón y medio de euros.
Ante la falta de consenso definitivo, los Veintisiete han pedido a la presidenta de la CE que presente una nueva propuesta para el 6 de mayo.
La propuesta de España: fondo de deuda perpetua
La propuesta que Pedro Sánchez ha defendido ante la Comisión es la de un fondo de entre un billón y medio de euros que se financie con deuda perpetua, destinado a atender a las necesidades post COVID-19 que pueda distribuirse a los países y sectores más afectados.
El presidente del Gobierno había mostrado su confianza en que la propuesta española será bien recibida incluso por los países con posturas más alejadas, como Alemania, pues, según defendió en el Congreso de los Diputados, es "asumible incluso por los socios más reticentes". La respuesta que hace llegar el CE es la de que la deuda perpetua sería "difícil de aceptar para varios países miembros".
Una triple red de seguridad
Los líderes europeos han ratificado el acuerdo alcanzado por el Eurogrupo de poner en marcha una triple red de seguridad para los primeros meses de la crisis: hasta 200.000 millones de euros en ayudas para empresas, 240.000 millones en préstamos del MEDE y 100.000 para un programa de desempleo del SURE, para cubrir por ejemplo los ERTE.
España, según ha indicado González Laya, ha insistido en que esta triple red de seguridad se ponga en marcha lo antes posible, y el CE ha indicado que tiene que estar operativa para el primero de junio.
Malas previsiones del Banco Central Europeo
Durante el encuentro, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha alertado de las malas previsiones que ha hecho el organismo. Lagarde ha asegurado que la pandemia podría originar una caída de entre el 5% y el 15% del PIB de la Eurozona, una contracción de la economía mucho mayor a la sufrida en 2009.
Por ello, ha instado a los líderes a crear un fondo de recuperación "rápido, firme y flexible".