Desde su despacho de la Embajada en Washington, el agregado militar venezolano proclama su lealtad a Guaidó, al que, según afirma, hay que "reconocer como único presidente legítimo".
Silva apela al resto del Ejército para que siga su ejemplo. Dice que existe descontento en sus filas, pero la cúpula militar lo silencia. "El alto mando tiene secuestradas, junto al Ejecutivo, a las fuerzas armadas", asegura.
El Ejército responde acusando al diplomático militar de "traidor". El alto mando ya ha proclamado su lealtad a Maduro, manifestando que, para ellos, "es el presidente legítimo".
Desde Chávez, los militares han sido un sector clave en Venezuela. Él era uno de ellos y les hizo parte esencial de su revolución. Con Maduro, ese papel incluso se ha reforzado. De sus 30 ministros, 11 son militares, y la cúpula goza de importantes privilegios.
"Su estatus es magnífico respecto a otros momentos de la historia de Venezuela", apunta Javier Bernabé, profesor de Relaciones Internacionales de la UCM. Por su parte, Fernando Arancón, de 'El Orden Mudial', señala que "Maduro se ha ganado a los generales porque les ha dado puestos muy importantes dentro de la Administración, incluso en la petrolera estatal".
Anna Ayuso, de 'Cidob' afirma que "las fuerzas armadas son las que en este momento cortan el bacalao". "La distribución e importación de alimentación, está bajo control del Ejército, luego ya no digamos otro tipo de negocios", añade.
Los militares controlan alrededor de una veintena de empresas entre las que tienen un banco y su propio canal de televisión. La cuestión es qué pasará con los mandos intermedios. "El gran riesgo que ahora corre Venezuela es que capitanes, coroneles, tenientes o comandantes que tengan cierta capacidad de mando en una unidad concreta se subleven", señala Fernando Arancón, de 'El Orden Mudial'.
Ahora, más que nunca, Venezuela está en manos de su Ejército.