El Gobierno surcoreano ha elevado la alerta por enfermedades contagiosas a "rojo", el máximo nivel de su escala, ante el aumento de contagios del nuevo coronavirus, que ya ha afectado a 556 personas en el país asiático.
El Ejecutivo ha decidido activar el protocolo después de que el número de contagios se haya multiplicado por 17 en los últimos cinco días, especialmente en torno a la ciudad de Daegu, en el sureste del país.
"El problema del COVID-19 ha alcanzado un punto de inflexión", dijo el presidente surcoreano, Moon Jae-in, citado por la agencia 'Yonhap' en la reunión celebrada con miembros de su Gabinete para activar el nuevo nivel de alerta y en la que ha añadido que "los próximos días serán muy importantes" para la evolución de la epidemia.
Moon pidió a su Ejecutivo y a Gobiernos locales que no duden a la hora de implementar medidas "de una contundencia sin precedentes" de cara a contener el virus.
El presidente explicó que las autoridades sanitarias están adoptando medidas "especiales" con respecto a los miembros de la secta Shincheonji, considerada actualmente el principal foco de infección en el país. De las 556 infecciones contabilizadas en Corea del Sur, más de 300 están ligadas a este grupo.
El Centro para la Prevención de Enfermedades Infecciosas de Corea (KCDC) considera que el grueso de las infecciones relacionadas con la secta se produjo en las misas multitudinarias que el grupo ofició en su sede Daegu (230 kilómetros al sureste del país).
Moon insistió en que las autoridades, que mantienen en cuarentena a más de 9.000 de sus miembros, están tratando de localizar al número máximo de seguidores para someterlos a pruebas de detección del virus. El cierre de sedes de Shincheonji y la limitación de las actividades de sus miembros son medidas que deben adoptarse para proteger la salud pública, dijo Moon, que aseguró que estas decisiones no buscan limitar la libertad religiosa.
En ese sentido, pidió cooperación a los miembros de este culto cristianoy al público que evite participar en eventos colectivos. "Aunque la situación es grave, podemos superarla", subrayó, al tiempo que afirmó que el Gobierno "tiene la capacidad y la confianza suficiente para controlar la propagación de la enfermedad" y que "confianza y cooperación" serán claves para derrotar al virus.