El ministro de Salud de Rusia, Mijail Murashko, ha anunciado este sábado el inicio de la distribución de los primeros suministros entre la población de la vacuna monodosis rusa Sputnik Light.
"Ayer concluyó la fase de control y las primeras series de la vacuna Sputnik Light se han puesto en circulación civil", ha anunciado el ministro, quien espera que unos 2,5 millones de dosis estarán disponibles para finales de junio.
La Sputnik Light es una versión monodosis de la vacunaSputnik V, que requiere la administración de dos dosis con un intervalo de 21 días para la inmunización completa.
Así es la inyección rusa
La Sputnik V fue desarrollada por el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya de Rusia. Según explica la EMA, esta inyección está formada por dos virus: Ad26 y Ad5, que pertenecen a la familia de los adenovirus.
Concretamente, con respecto a la vacuna rusa, estos adenovirus —el COVID-19 es uno de ellos, porque suele afectar a los pulmones, aunque también pueden dañar otras membranas— han sido modificados para contener el gen que produce la proteína de la enfermedad. Es decir, ponerse la inyección, afirma la EMA, no implica que el virus “pueda reproducirse en el cuerpo ni causar enfermedades”.
Más bien todo lo contrario: "Si la persona vacunada entra en contacto con el SARS-CoV-2, el sistema inmunológico reconocerá la proteína de pico en el virus y estará preparado para atacarlo", afirma la entidad. Con respecto a su efectividad, como indicábamos, es algo que todavía está en revisión.
Sin embargo, ya hay estudios que se aventuran a remarcar su eficacia. Por ejemplo, según un estudio revisado por pares publicado en la prestigiosa revista científica 'The Lancet', la Sputnik V ha sido capaz de neutralizar el virus en un 91,6% de los casos. Unas cifras que se asemejan a la efectividad de Pfizer o Moderna, que llegan hasta el 95 y el 94,1%, respectivamente. Junto con eso, como estos antídotos, requiere de dos dosis para ser efectiva.
Se ralentiza la vacunación
Por otro lado, Rusia ha registrado 21.665 nuevos positivos de COVID-19 y 619 decesos asociados a esta enfermedad en la última jornada, según los datos de este sábado proporcionados por el centro operativo nacional para la lucha contra el coronavirus y recogidos por la agencia oficial de noticias rusa Sputnik.
El total de fallecidos por la pandemia en Rusia es ya de 132.683 mientras que 5,4 millones de personas han dado positivo por el virus.
Mientras tanto, cunde la preocupación entre las autoridades por el lento ritmo de vacunación en un país donde solo el 11% de la población rusa, de 146 millones de personas, está completamente vacunada, según estimaciones recogidas por 'The Guardian'.
A partir del lunes, los cafés y restaurantes de Moscú requerirán códigos QR de vacunas para que los clientes estén sentados. Los hospitales rechazarán a los pacientes que busquen cirugías que no sean de emergencia. Se han cerrado los espacios públicos, incluidos los parques infantiles al aire libre, mientras el Gobierno y las industrias de servicios se han fijado el objetivo de vacunar en los próximos días al 60% de sus empleados.
¿Podría ser utilizada en España?
Sí, siempre que sea autorizada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que ya está revisando la efectividad de este suero. El rolling review al que se está sometiendo la Sputnik V se convierte en la clave principal para su pronta utilización en nuestro país. Concretamente, este proceso de revisión, que ha sido aplicado en la mayoría de inyecciones contra el coronavirus, es diferente al de las vacunas comunes.
Al contrario de lo que ocurría con estas, en las que la solicitud debía estar finalizada antes de su aprobación, ahora la EMA revisa los datos a medida que están disponibles a partir de estudios en curso. De cumplir este último paso, la vacuna rusa podría ser aprobada en Europa y, por ende, en España.
Técnicamente, Europa no ha dado en ningún momento su sí. De hecho, las declaraciones de la Comisión Europea se han acercado más al "ya veremos" que a la certificación del uso de la vacuna rusa en el viejo continente.
En este sentido, destacan principalmente las afirmaciones de Eric Mamer, portavoz del Ejecutivo europeo, que siempre ha establecido como línea roja el hecho de que la vacuna rusa, en caso de aprobarse, deberá ser producida en territorio de la UE.
"Llegado el momento, si la Comisión y los Estados miembros deciden negociar un contrato con los fabricantes de la Sputnik V, lo comunicaremos. Estamos en negociaciones con Novavax o Valneva, pero no con los fabricantes de Sputnik. Por el momento esta es la situación", expresaba el mandatario.
De este modo, según los dirigentes de la propia comisión, "no hay ninguna obligación para la CE de incluirla en la lista". Aunque esto contrasta con lo que está ocurriendo en otros países, donde precisamente la vacuna rusa sí se ha convertido en parte del listado de opciones.