Thomas Crooks, el chico que intentó matar a Trump, fue captado una hora antes del ataque merodeando por el edifico desde el que disparó al expresidente. Las fuerzas de seguridad le vieron y le consideraron sospechoso. Pero nada de eso impidió que Crooks pudiera disparar.
En las imágenes captadas por una cámara cercana al punto desde donde el joven disparó, se observa como Crooks merodea la zona, solo y sin una dirección concreta.
Media hora después, la Policía Estatal de Pensilvania notifica la existencia del sospechoso subiendo a un tejado. Una información que llega alrededor de las seis menos diez a los tiradores de élite del Servicio secreto que lo detectan allí.
Pasadas las seis en punto y a pesar de todas esas alertas, el expresidente sube al escenario. Siete minutos después, los asistentes al mitin ven a Crooks, armado en el tejado. A las seis y doce minutos comienza el tiroteo. Fallos en la seguridad por los que senadores han increpado a la directora del servicio secreto en la Convención Republicana, a la que ella misma ha asistido.