Algo tan banal como pasarse la sal en la comida contribuyó a expandir elcoronavirus por Alemania. Es lo que revela un reciente estudio del instituto germano KOJ a cargo de controlar la pandemia en ese país.
Ese contagio tuvo lugar a mediados de enero en el comedor de la empresa de componentes de automóvil Webasto situada en Baviera a la que acudió la paciente cero, una ciudadana china. Entonces no lo sabían pero el paciente 4 estaba sentado en una mesa y se giró para pedirle el salero al comensal que había a su espalda. Este se lo dio y esa simple y estrecha interacción lo convirtió en el paciente 5.
El coronavirus entró en Alemania en un vuelo directo desde Shangai. La ciudadana china, paciente 0 de Alemania, llegó a Múnich a mediados de enero para una reunión de trabajo en esa empresa de componentes de automóviles. Aunque no tenía síntomas, salvo algo de cansancio que atribuyó al jet lag, era positiva en coronavirus. A partir de ahí, el virus empezó a circular por la compañía.
La paciente 0 se reunió, en una sala de 12 metros cuadrados, con 3 personas. Sólo una se contagió, la que se sentó a su lado. De ese encuentro se precipitaron los contagios en la empresa llegando a un total de 16, entre ellos el turista alemán que dio positivo en Canarias, en la isla de La Gomera, a finales de enero.
La investigación del instituto KOJ ha desvelado también que el periodo medio de incubación del virus fue de 5,2 días ya que los contagios se produjeron cuando ninguno de los positivos había tenido síntomas.
De hecho, no fue hasta su regreso a Shangai cuando la Paciente 0 fue diagnosticada de Covid-19, al tener fiebre durante su vuelo de vuelta. Tras la confirmación, informó a la empresa alemana y se activaron todos los protocolos para romper cuanto antes la cadena.
Según este estudio, ese brote se pudo controlar y evitar un desenlace dramático, aunque lo cierto es que Baviera es la región más afectada de Alemania por coronavirus. El virus ha dejado en esa región 2.339 muertos de los más de 8.000 registrados en todo el país.