El Gobierno de Cuba trabaja para solucionar la escasez de medicamentos que comenzó hace un año debido a su falta de efectivo, lo que provocó impagos a proveedores extranjeros. Por el momento, las autoridades han asegurado que se han reunido con distribuidores chinos para resolver el problema y aumentar la disponibilidad de medicamentos importados.
Del mismo modo, el Gobierno cubano ha reforzado su control de las farmacias a nivel nacional tras detectar algunos actos de corrupción, como la venta ilegal de medicamentos por parte de algunos farmacéuticos a precios mucho más altos que los estatales, que están subsidiados.
En el último año, muchos medicamentos comunes, como los anticonceptivos o los que tratan la hipertensión, han sido escasos o inexistentes. Esta situación tiene lugar tras el descenso de las exportaciones y de la ayuda de Venezuela, su aliado socialista clave, lo que ha provocado una crisis de liquidez.
Todo ello ha obligado a La Habana a recortar las importaciones y el pago a proveedores de medicamentos, de los que dependen más del 85% de los recursos que emplea la industria farmacéutica cubana según ha indicado la directora de operaciones de BioCubaFarma, Rita María García Almaguer, en el diario 'Granma'.
Por lo tanto, según García Almager, la producción de medicamentos se estancó en 2016 y parte de 2017 debido a la falta de insumos. "Al no disponerse de los recursos a tiempo, se detuvo la producción de algunas formas farmacéuticas, que no nos permitió cumplir con el sistema nacional de salud", ha añadido.
El sistema sanitario cubano, construido por el difunto líder Fidel Castro, se considera uno de los logros más preciados de la revolución, ya que produjo resultados similares a los de las naciones ricas utilizando los recursos de un país en desarrollo y pese a décadas de embargo comercial de Estados Unidos. Las autoridades cubanas han señalado que su industria farmacéutica también sufre debido a este bloqueo.