Los socios comerciales de Washington están muy molestos por la decisión tomada la semana pasada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles al acero y aluminio de Canadá, la Unión Europea y México. La medida ha provocado represalias por parte de algunos de los estados damnificados.
Si bien los líderes del G-7 han mostrado su oposición al mandatario estadounidense presentándole varias series de datos de importaciones y exportaciones en un intento por cambiar su postura, Trump ha respondido con una serie de cifras propias, reiterando que su país está en desventaja en el comercio internacional, según ha narrado un funcionario presente durante las negociaciones.
No obstante, según ha apuntado, Trump ha adoptado un tono más amable tras reunirse en privado con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y ha llegado a afirmar que el mandatario galo le está ayudando a resolver algunos temas comerciales. "Algo va a ocurrir. Creo que será muy positivo", ha afirmado Trump, sin dar más detalles.
Después de la reunión con Trump, Macron ha afirmado que es posible lograr avances en los temas comerciales que han dividido a Estados Unidos y sus aliados.
"Creo que en el comercio hay (...) una forma de progresar todos juntos", ha declarado el presidente francés durante una rueda de prensa.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha puesto sobre la mesa la idea de establecer una forma de resolver disputas comerciales entre Estados Unidos y sus aliados. De acuerdo con la fuente citada por Reuters, la sugerencia de Merkel es un mecanismo de "evaluación y diálogo compartido".
Sin embargo, las expectativas de lograr avances significativos en la cumbre son bajas, a pesar de que los aliados de Estados Unidos están decididos a evitar una ruptura del G-7, que en sus 42 años de historia ha tendido a buscar consensos sobre los principales temas.