El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha abierto una investigación por la muerte de Sonya Massey, una mujer afroamericana, a manos de un policía blanco en el estado de Illinois. El hecho tuvo lugar el 6 de julio, cuando dos agentes acudieron a su casa para atender una llamada. El oficial le disparó a bocajarro después de que ella no soltase una olla con agua hirviendo sobre la que estaba cocinando. Sean Grayson, el policía que abrió fuego, se ha declarado inocente, pese a que ya había sido acusado de un asesinato en primer grado.

Massey llamó a las autoridades porque pensaba que había un intruso merodeando cerca de su casa. "¿Qué ha escuchado?", le preguntó uno de los agentes que acudió a la llamada. "A alguien fuera de mi casa", contestó ella. Tras comprobar los alrededores, los oficiales decidieron entrar en la casa donde ella estaba cocinando. "¿A dónde vas?", le cuestionó la mujer. "Lejos de tu agua caliente y humeante", contestó él. Después de exigirle que la soltase, y la inacción de ella, llegó el fatal desenlace.

Precisamente, Massey no estaba pasando por un buen momento. Concretamente, 16 horas antes, otros agentes le habían atendido porque estaba teniendo una crisis mental. Por este motivo, desde el Departamento han expresado "serias preocupaciones" por las interacciones de esa oficina del sheriff con la población negra de la región, y con los problemas de salud mental. Temen que las autoridades no estén capacitadas para actuar libres de prejuicios.