Ya está en vigor
Vacaciones, bajas y pensiones: Bélgica regula la prostitución como una actividad profesional
La letra pequeña La ley garantiza derechos laborales a las mujeres que trabajan en prostíbulos, pero no para las que lo hacen en la calle o están en situación irregular, los sectores más vulnerables a la trata.
Bélgica ha puesto en marcha una ley que regula la prostitución como una actividad profesional, garantizando derechos laborales a las trabajadoras sexuales. La norma busca ofrecer protección, estabilidad económica y seguridad a quienes ejercen esta actividad. Sin embargo, también ha desatado un intenso debate entre quienes la ven como un avance en derechos y quienes alertan sobre los riesgos de normalizar la explotación.
A partir de esta semana, las trabajadoras sexuales belgas podrán acceder a contratos laborales que las equiparan a otros sectores. La nueva regulación establece:
- Derechos laborales: vacaciones pagadas, bajas por enfermedad o maternidad, subsidios de desempleo y pensiones.
- Seguridad reforzada: instalación obligatoria de 'botones de pánico' en las habitaciones para alertar a las autoridades en situaciones de peligro.
- Autonomía profesional: derecho a rechazar clientes, definir las prácticas a realizar y detener el acto sexual si no se cumplen sus condiciones.
Daisy, una trabajadora sexual belga, celebra la medida: "Antes, un cliente podía despedirte de un día para otro. Ahora, tenemos estabilidad y podemos decidir sobre nuestro trabajo".
Además, la ley establece regulaciones estrictas para los locales y quienes los administran. Los propietarios deberán cumplir con requisitos de higiene, proveer preservativos y someterse a revisiones médicas periódicas.
A pesar de los avances, la ley no está exenta de críticas. Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, advierte: "La legalización de la prostitución convierte a los proxenetas en empresarios y no resuelve el problema de fondo: la trata y la explotación de mujeres".
Las detractoras señalan que la mayoría de las mujeres en la prostitución no lo hacen por elección, sino por necesidad económica o falta de oportunidades. Además, cuestionan qué ocurrirá con quienes trabajan en la calle o están en situación irregular, sectores más vulnerables a la trata.
Con esta medida, Bélgica se une a países como Países Bajos y Alemania en el modelo regulacionista, mientras que otros, como Suecia, apuestan por penalizar a los clientes para erradicar la prostitución.