Deshielo histórico entre Corea del Norte y del Sur. A través de su hermana y mano derecha, Kim Yo Jong, el dictador norcoreano ha invitado al presidente de su vecino del sur a reunirse con él en Pyongyang: "Kim Jong-un ha pedido al presidente Moon que visite el Norte cuando sea conveniente para él" ha asegurado Kim Eui-kyeom, portavoz presidencial del Corea del Sur.
La respuesta de Seúl: "Hagamos que suceda creando las condiciones adecuadas para ello". Sería la primera reunión de dos líderes coreanos en más de 10 años. El espíritu olímpico está sirviendo de bálsamo para calmar una situación que también afecta a Estados Unidos.
Corea del Sur lo ve como una oportunidad para avanzar en las negociaciones sobre el programa nuclear de Pyongyang: "El presidente Moon ha dicho que Estados Unidos y Corea del Norte deben conversar pronto para el desarrollo de las relaciones intercoreanas. El presidente le ha pedido al Norte que sea activo en entablar conversaciones con Estados Unidos".
Nada más lejos de la realidad: Kim Yo Jong y el vicepresidente estadounidense Mike Pence asistieron a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno que tienen lugar en Corea del Sur. Sin embargo, frialdad absoluta: se sentaron separados y no hubo saludo.
Además, centenares de surcoreanos han protestado por este acercamiento entre Pyongyang y Seúl. Dicen que es una trampa de Kim Yong Un para lavar la cara de su régimen y esconder su armamento nuclear.