Al borde del precipicio político

¿Y después de Barnier? Los posibles escenarios en Francia tras prosperar la moción de censura de la izquierda y Le Pen

El detonante El primer ministro francés se ha disparado en el pie al activar un mecanismo constitucional (el artículo 49.3) para aprobar los Presupuestos de la Seguridad Social de 2025 saltándose el voto del Parlamento.

El primer ministro francés, Michel Barnier, asiste a la sesión semanal de preguntas al gobierno, en la Asamblea Nacional en París

Jaque mate a Barnier. Tres meses después de su nombramiento como jefe del Gobierno francés, Francia vuelve a quedarse huérfana tras la moción de censura apoyada por la izquierda y la extrema derecha con la que tumba la legislatura de Michel Barnier. Una tesitura que devuelve al presidente de la República, Emmanuel Macron, la responsabilidad de buscar una salida al bloqueo político en el que se encuentra Francia.

La moción de censura obtuvo 331 votos a favor, muy por encima de los 288 que necesitaba para provocar la dimisión del Ejecutivo. Macron se dirigirá este jueves en un discurso a la nación en el que se espera que esboce sus planes. Barnier, exnegociador de la UE para el Brexit elegido en septiembre pasado por su talento para el pacto, fue incapaz de construir uno sobre los presupuestos para el año próximo, lo que le convierte en el jefe del Gobierno francés más efímero desde la Segunda Guerra Mundial.

Pese a que Barnier aseguró este martes que todavía su Gobierno podría sobrevivir a la votación, este miércoles ha puesto punto y final a su mandato. Una legislatura efímera que deja en claro la inestabilidad política que se vive en Francia y abre las puertas a nueva crisis en medio de la lucha por controlar el enorme déficit presupuestario.

¿Qué posibilidades hay de que prosperen las mociones de censura?

Por un lado, la Asamblea Nacional francesa recibió dos mociones de censura: la presentada por los diputados de la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular y otra de la formación ultraderechista Agrupación Nacional (RN). La primera fue presentada por La Francia Insumisa, los verdes, los socialistas y los comunistas cuenta con 185 firmas. Mientras, la presentada por el partido de Marine Le Pen y sus aliados de la Unión de Derechas por la República recibió 140 firmas.

Para que la moción de censura salga adelante se necesita alcanzar la mayoría absoluta de votos, donde, además, solo se cuentan los votos favorables. La oposición cuenta con los votos suficientes para cesar el Gobierno de Barnier porque la iniciativa requiere de 288 entre los 577 escaños que conforman la Asamblea para ser aprobada. Así que la suma de los parlamentos de izquierdas y los de extrema derecha debería ser suficiente para alcanzar esa cifra. La primera en votarse será la del Nuevo Frente Nacional, que es la que mayores apoyos tiene y la que más posibilidades tiene de prosperar.

Si no hay sorpresa mayúscula, la primera que se votará -la de los progresistas- prosperará, pues la propia Le Pen adelantó que sus diputados la apoyarían. No obstante, la disciplina de voto en la Asamblea Francesa es distinta a la que rige en el Congreso de los Diputados español.

¿Qué escenarios hay si sale adelante?

Tampoco ocurre lo mismo con las mociones de censura en Francia que en España, ya que no se propone un candidato alternativo del partido o partidos que las presentan. En el país galo, el artículo 50 de la Constitución recoge que "cuando la Asamblea Nacional apruebe una moción de censura o cuando desapruebe el programa o una declaración de política general del Gobierno, el primer ministro deberá presentar la dimisión del Gobierno al presidente de la República".

Sería Emmanuel Macron quien tendría que tomar la decisión, que aunque no se fija ningún plazo, no se entendería que no fuese de manera inmediata. De hecho, el presidente francés ya da por descontado que Barnier caerá y busca sustituto. Esto descarta la opción de que Macron pueda volver a optar por Barnier como hizo por entonces De Gaulle con Pompidou.

Según la prensa, Macron maneja dos nombres que podrían contar con el visto bueno implícito de Le Pen: el del actual ministro de Defensa, Sébastian Lecornu, y el del veterano centrista François Bayrou.

¿Qué pasará si no hay sustituto inmediato?

La situación sería la misma que se vivió entre julio y septiembre de este año, cuando Francia tuvo un Gobierno interino. El mecanismo que rige las mociones de censura también contempla que tanto Barnier como sus ministros permanezcan en el cargo hasta que se nombre a un nuevo primer ministro, ya que es algo que no se hace de forma inmediata.

Este gabinete tendría unos poderes limitados. Básicamente, los ministros y el primer ministro pueden ocuparse de "asuntos de actualidad", pero no pueden formular políticas a largo plazo ni aprobar nuevas leyes. Pero ¿qué pasará con los Presupuestos? Si el gobierno de Barnier es derrocado, caerán también las cuentas de 2025.

No obstante, no habría un cierre total ya que si el Parlamento no lo aprueba el próximo 20 de diciembre, el Gobierno interino podría proponer una legislación especial de emergencia para renovar los límites de gasto y las disposiciones fiscales de este año.

¿Podría convocar elecciones?

Macron, sin embargo, y de acuerdo con la legislación francesa, no puede convocar ahora nuevas elecciones parlamentarias anticipadas y tiene que esperar a mediados de 2025. Así, el presidente de la República tendrá que buscar una solución, sabiendo que, constitucionalmente, no puede disolver la Asamblea ni convocar nuevas legislativas hasta el próximo julio de 2025.

Una situación complicada porque el actual hemiciclo es el más fragmentado que se recuerda en las últimas décadas con tres grandes bloques casi a partes iguales: el de la izquierda, el del centro macronista y el de la ultraderecha de Le Pen y sus aliados. Ninguno de ellos es mayoritario por sí solo, lo que ha provocado el rechazo a los Presupuestos Generales de 2025, que fueron solo apoyados por los macronistas y la muy minoritaria derecha clásica que representa el propio Barnier (Los Republicanos).

¿Dimitirá Macron?

En Francia, el presidente es elegido por separado en el parlamento, por lo que Macron permanecerá en el cargo, a menos que decida renunciar. Desde Arabia Saudí, el presidente francés ha dejado claro que todavía confía en que la moción termine por no prosperar y que no dimitirá. Sobre su dimisión, ha sostenido que "es política de ficción, no tiene ningún sentido".

Mientras, La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, tercer partido en la Asamblea Nacional, es la fuerza que pide explícitamente la dimisión de Macron, al que considera culpable de la inestabilidad política del país desde que el pasado 9 de junio disolviese el hemiciclo y convocase legislativas anticipadas que resultaron en una Asamblea dividida en tres bloques y poco propensa a pactos.