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Los detalles de la capilla ardiente del papa: de los selfies a las lágrimas para despedir a Francisco
Los detalles Más de 20.000 personas han acudido al Vaticano para despedirse del pontífice que ha regido el destino de la Iglesia católica durante los últimos 12 años.

Este miércoles, 48 horas después de la muerte del papa Francisco, se ha celebrado el primer día de la capilla ardiente en la basílica de San Pedro, y los fieles han abarrotado el Vaticano. Más de 20.000 personas han acudido a la Santa Sede para despedirse del pontífice que ha regido el destino de la Iglesia católica durante los últimos 12 años y que ha marcado un antes y un después en la historia de la institución.
Francisco no ha sido un papa cualquiera y su velatorio también ha sido radicalmente diferente al de Juan Pablo II, el último pontífice que murió en el cargo, en el año 2005. Decenas de miles de fieles han visto por última vez a Francisco, y también lo han hecho otros tantos teléfonos móviles.
Muchos han querido hacer una foto del cadáver del papa e incluso ha habido quien ha intentado hacerse un selfie con él, como una monja que ha sido reprendida por los responsables de seguridad.
Pero esta no ha sido la única religiosa que se ha convertido en protagonista en el primer día del velatorio de Francisco. Sor Genevieve, amiga personal del papa que le ha acompañado en sus últimos años en Roma, se ha saltado el protocolo para poder rezar y llorar junto al sumo pontífice.
Pese a que no estaba autorizada para colocarse junto al féretro, nadie se ha atrevido a decirle a la religiosa que ese no era su lugar y le han permitido permanecer durante unos minutos junto a él.
Hay quien se ha saltado el protocolo y quien, directamente, se ha saltado los consejos de su médico, como una mujer que ha pedido el alta hospitalaria de forma voluntaria para poder despedirse de Francisco. "Esta mañana estaba hospitalizada, pero he querido venir porque este Papa se lo merecía", ha asegurado a laSexta.
Un día marcado por los rezos, las lágrimas y las muestras de cariño por parte de miles de fieles que han acudido al Vaticano a despedirse para siempre de un papa, Francisco, que deja un legado imborrable.