David Carrick, miembro de la Policía del Reino Unido, ha confesado haber cometido 49 delitos sexuales a lo largo de 18 años de servicio. Este caso ha supuesto un auténtico escándalo en el país, con el primer ministro, Rishi Sunak, hablando de la necesidad de implementar un "cambio real" en la Policía británica.

Este hombre de 48 años conoció a alguna de sus víctimas por Internet, utilizando su posición para ganarse su confianza. El policía se encuentra en prisión provisional hasta que sea juzgado el próximo 6 de febrero. Carrick se unió a la Policía Metropolitana en 2001 y trabajó en el mando de Protección Parlamentaria y Diplomática hasta su arresto y suspensión en octubre de 2021.

Una de las víctimas de este monstruo ha hablado, confesando que la violó durante meses, siendo esclavizada y controlada por cámaras. "Después de que me violara, me decía: 'No finjas, que lo querías tanto como yo'", recuerda.

Al poco tiempo de irse a vivir con él, convirtió la casa en un búnker, colocando contraventanas para que nadie viera el interior y cámaras de seguridad para rastrear todos sus movimientos: "Solo me permitía tomar dos barras de proteínas al día porque quería que estuviera débil. Sus ojos siempre estaban sobre nosotros".

Tal es su locura que Carrick llegó a herir a su hija pequeña con una pistola de aire comprimido. Sus víctimas declaran que le encantaba hacerse fotos con su arma. Ahora, Sunak asegura que la Policía debe "abordar los fallos que ocurrieron en este caso", así como tratar de "restaurar la confianza pública y hacer todo lo posible para garantizar que las mujeres y las niñas estén seguras en sus comunidades y hogares".