El copiloto estrelló la nave adrede

Diez años del accidente del avión de Germanwings en los Alpes: 150 muertos, cambios clave en seguridad y más control en los pilotos

Los detalles Andreas Lubitz, aprovechando que el piloto se fue al baño, atrancó la puerta de la cabina y programó el descenso de forma manual. Tomaba medicación por una enfermedad psicosomática y, en ese momento, estaba de baja médica.

Una de las partes del avión de Germanwings en el lugar del accidente en los Alpes
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Diez años hace desde el accidente del avión de Germanwings. Desde que Andreas Lubitz, copiloto de la aeronave, estrellase adrede el Airbus A320-200 de la compañía alemana, de la filial de Luftansa, en los Alpes franceses aprovechando que el piloto se había ido al baño. En total, murieron 150 personas.

Fue un 24 de marzo. En 2015. Fue el día en que el avión, que salió de Barcelona rumbo a Dusseldorf, se estrelló en los Alpes. Con seis tripulantes. Con 144 pasajeros. Con, entre ellos, 16 alumnos y dos profesores de un colegio que se encontraban de intercambio cerca de la Ciudad Condal. Catalanes eran muchas de las víctimas que perdieron la vida en aquel suceso.

En uno que fue deliberado. Uno que no fue ni por error humano ni tampoco por un fallo técnico. Fue a eso de las 10:39 de la mañana del citado día cuando el avión desapareció de los radares. Cuando, mientras sobrevolaba la región de la Provenza, se le perdió la pista. Tal y como cuentan los informes posteriores, la nave había comenzado a descender de manera continuada sin responder a los controladores aéreos galos.

Lubitz no debería haber volado ese día

Las cajas negras confirman qué es lo que sucedió. Confirman que Andreas Lubitz, el copiloto del avión, aprovechó la ausencia del comandante para encerrarse en la cabina, atrancar la puerta y programar el descenso de manera manual hasta que se produjo el impacto. En los audios se pueden escuchar cómo se intentó, sin poder lograrlo, acceder a la cabina. Golpes en la puerta, gritos y desesperación por evitar algo que finalmente acabó sucediendo.

"Me voy entonces, ¿vale?", esas fueron, según las cajas negras, las últimas palabras que Patrick Sondenheimer, capitán de la aeronave, dijo a su copiloto antes de abandonar la cabina. Fue entonces cuando Lubitz, que había ocultado a la compañía que sufría graves problemas psicológicos, atrancó la puerta. Posteriormente, gracias a la investigación, se reveló que el copiloto estaba de baja por problemas médicos y que los galenos le dijeron que no tenía que volar.

Cuando registraron el domicilio del copiloto, en Montabaur, encontraron un ordenador y otros efectos personales, y descubrieron además que se encontraba tomando medicamentos por una enfermedad psicosomática. Las búsquedas del copiloto revelaron además que había mostrado interés por cómo suicidarse y por los mecanismos de seguridad en la cabina del piloto. Más tarde, se descubrió que Lubitz había sido tratado por tendencias suicidas antes de su formación como piloto.

Desde entonces, y por ese accidente, la normativa internacional ha introducido cambios de seguridad y nuevas regulaciones que obligan, siempre, a tener a dos personas autorizadas en la cabina para evitar que lo que sucedió con el avión de Germanwings pueda volver a repetirse en el futuro.

El papel de España tras la tragedia

En ese sentido, Marta Lestau, directora de Seguridad de Aeronaves de la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA), ha explicado a EFE en qué consiste todo lo relacionado con ese asunto. Ha destacado, además, que España fue el primer país en el que se ponen en marcha, en 2021, los test de alcohol en las inspecciones en rampa, a pilotos y a la tripulación, que hacen habitualmente.

La Agencia, además, ha instado a los operadores europeos a establecer una política de prevención y detección de sustancias psicoadictivas. Además, se ha introducido como obligatorio el realizar una evaluación psicológica a todos los pilotos antes de comenzar su trabajo en las aerolíneas, y desarrollar programas de apoyo a las tripulaciones en problemas tanto personales como familiares, al igual que posibles adicciones.

En memoria de las víctimas

Alemania va a recordar a los fallecidos en el accidente de la aerolínea, con varios actos como el que se va a producir en el colegio Joseph-König de Haltern am See, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia: "El dolor que causa la pérdida de un familiar o un amigo no puede ser aliviado por nadie, por ningún poder en la Tierra. Solo podemos compartirlo juntos, y así puede surgir algo de consuelo".

El centro ha convocado un minuto de silencio delante del muro de acero en los que se han recortado los nombres de los alumnos y profesores que perdieron la vida en el accidente, cuando volvían del intercambio que habían hecho en el Institut Giola in Llinars del Valles, cerca de Barcelona.

En paralelo al minuto de silencio en Haltern, familiares de la ciudad y de otras regiones se reunirán cerca del lugar del accidente en el sur de Francia, según el mismo medio. Desde este domingo viajarán en autobús durante dos horas hasta la cordillera, donde hay un monumento conmemorativo cerca de Le Vernet.

Illa agradece "el trabajo" a la asociación de víctimas

Por su parte, Salvador Illa, president de la Generalitat de Catalunya, ha expresado a familiares y amigos de las víctimas de la catástrofe de Germanwings todo su "cariño y apoyo". Además, ha agradecido a la asociación de víctimas su trabajo para evitar que algo como lo que sucedió con la aeronave pueda repetirse de nuevo.

Ha sido en el décimo aniversario de la catástrofe aérea, en un acto de recuerdo a las víctimas en el Aeropuerto de Barcelona. Allí, Illa ha agradecido a los allegados de las víctimas que estos años se hayan dedicado a ayudar y a "extraer lecciones" para, así, impulsar reformas legislativas.

"Quiero agradecer a la asociación el trabajo que ha hecho para ayudar a extraer lecciones con el horizonte de que no vuelva a pasar", ha manifestado Illa, que también ha agradecido los cambios legislativos que ha conseguido la asociación de víctimas, como el cambio en la comunicación de las bajas médicas.

El president de la Generalitat, que venía de la Abadía de Montserrat tras participar en un encuentro de cristianos socialistas, ha recordado que los familiares llevarán a cabo una ceremonia de recuerdo a las víctimas del siniestro el próximo 6 de abril. "La vida no está en nuestras manos, muchas cosas, sí, pero la vida, no. Vale la pena vivir el presente y el futuro", ha indicado.

Antes que él había intervenido en el acto quien era presidente de la Generalitat cuando sucedieron los hechos, Artur Mas, que ha invitado "a celebrar la vida", que ha definido como "un contraste entre pérdidas y cosas que ganas, entre ilusiones que se entierran y nacen". También ha agradecido a todos aquellos profesionales, como psicólogos, médicos forenses o personal de emergencia, que se abocaron en la catástrofe.