"Pensé que me iba a morir, que iba a abusar de mí". Todavía en shock y con estrés postraumático, la diputada francesa Sandrine Josso ha concedido una entrevista a la televisión pública donde ha explicado cómo fue víctima de un intento de violación por sumisión química.
Josso acusa al senador Joël Guerriau de echar éxtasis en su copa cuando ambos celebraban su reelección en la Cámara Alta. La diputada denunció que visitó la vivienda del senador en la noche del martes 14 de noviembre para cenar y que, tras beber un vaso de agua que le ofreció su anfitrión, se sintió mareada y con un elevado ritmo cardíaco.
Sospechando algo extraño, la diputada abandonó rápidamente la vivienda y acudió a la Asamblea Nacional, donde solicitó ayuda médica y posteriormente fue trasladada a un hospital, donde los análisis determinaron la presencia de éxtasis en su organismo, tras lo cual presentó una denuncia.
El objetivo de su compañero era el de asaltarla sexualmente. Los agentes encontraron éxtasis en la vivienda del senador, por lo que procedieron a detenerle.
Guerriau ha sido acusado formalmente por un juez y puesto bajo control judicial por los cargos de suministrar una droga y de posesión de narcóticos. Más concretamente, la acusación es por "administrar a Sandrine Josso sin su conocimiento una sustancia capaz de alterar su discernimiento o el control de sus actos, a fin de cometer una violación o una agresión sexual".
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Los cargos de los que se acusa a Guerriau pueden suponer una condena máxima de cinco años de prisión y una multa de hasta 75.000 euros.