La policía parisina, informó Le Figaro, también se ha incautado un "arma prohibida". En total, el Ministerio del Interior calcula que han participado en protestas por todo el país 32.000 personas, 8.000 de ellas en París. Cifras superiores a las de la semana pasada, cuando se movilizaron 26.000 personas. El sábado 8 de diciembre, la policía realizó cerca de 2.000 arrestos.
Los primeros enfrentamientos entre agentes antidisturbios y manifestantes han comenzado con el lanzamiento de piedras y de gases lacrimógenos en las cercanías del Arco del Triunfo, en París.
Además de la protesta en la capital, se ha producido una movilización importante en la localidad de Bourges, en el centro del país, donde alrededor de 5.000 personas se han reunido, a pesar de que la alcaldía de la ciudad había prohibido cualquier tipo de concentración.
La ciudad estaba en el punto de mira de los agentes después de una campaña por Internet para convertir la localidad en el escenario de una protesta masiva para simbolizar el malestar de la "Francia de provincias" frente a la capital. Allí han sido detenidas 17 personas. Los choques con la policía en Bourges han empezado a la misma hora que los de París, con la quema de parte del mobiliario urbano.
El primer ministro francés, Edouard Philippe, anunció el lunes que el Gobierno presentará una "nueva ley" para endurecer las sanciones contra los "alborotadores" en respuesta a las movilizaciones de los chalecos amarillos, que siguen sin remitir tras dos meses de manifestaciones.
"El Gobierno está a favor de que nuestra ley sea enmendada y castigue a quienes no respetan esta obligación de declaración", ha indicado el primer ministro, que ha señalado como referencia las medidas de la década del 2000 contra el vandalismo.