Carmen Valente Barbas, una doctora experta en ventilación mecánica, método utilizado en el tratamiento de casos graves de coronavirus, sobrevivió al COVID-19 gracias a una técnica que ella había ayudado a desarrollar, según publica 'BBC'.
La mujer, de 60 años, lideró en 1998 un estudio clínico en el que quedó demostrada la eficacia de la ventilación mecánica para tratar a pacientes con síndrome de incomodidad respiratoria aguda (SDRA). Sin embargo, lo que la doctora nunca hubiera pensado es que le salvarían la vida con esa técnica.
Fue el 19 de marzo cuando Valente comenzó a tener síntomas de coronavirus, entre los que se encuentran, tal y como la propia profesional sanitaria ha contado a la 'BBC', "un poco de dolor de garganta, tos y un fuerte dolor corporal". Pese a que en ese momento ella no estaba al cuidado de pacientes con COVID-19, el "gran cansancio" que comenzó a sentir y el estar dentro de la población de riesgo la puso en alerta.
Por este motivo, la doctora pidió el 23 de marzo que le hicieran una prueba de coronavirus, aunque en ese momento no tenía los síntomas más conocidos del virus, como son la fiebre y la dificultad respiratoria. Así, el 27 de marzo confirmaron que Carmen Valente se había contagiado de COVID-19.
En ese momento, la doctora fue al Hospital Albert Einstein, donde ha trabajado durante más de 30 años en la UCI. Al llegar al centro hospitalario, Valente fue atendida por un médico de atención primaria, ya que su situación no era crítica. Sin embargo, su estado de salud comenzó a empeorar rápidamente, hasta tal punto que el 29 de marzo fue ingresada en la UCI, donde, tal y como ha recordado la médica, la intubaron porque tenía "una insuficiencia respiratoria grave".
Tras haber dedicado la mitad de su vida a salvar a personas, le tocó a ella confiar su propia vida a la técnica de ventilación mecánica que ella misma había creado y a los médicos que la doctora había formado. De hecho, entre el equipo de profesionales que la intubaron y trataron se encontraba un exalumno de Valente, Gustavo Faissol Janot, que ha trabajado junto a la sanitaria 16 años.
"Carmen siempre ha sido nuestra gran mentora y verla así, necesitando intubación, fue quizás el momento más difícil, de mi carrera", ha expresado Gustavo Faissol Janot a 'BBC Brasil'.
Una semana después de ser ingresada en la UCI, el estado de salud de la doctora fue mejorando y consiguió la ventilación mecánica, aunque tuvo que estar ingresada en el hospital otros 18 días. Finalmente, Carmen Valente fue dada de alta del hospital el 20 de abril y, a principios de junio regresó a su trabajo para tratar a pacientes con coronavirus.
Valente dirigió en 1998 un estudio clínico realizado junto con su compañero Marcelo Amato que fue publicado en 'New England Journal', una importante revista científica estadounidense. En su investigación, Valente planteó la hipótesis de que la ventilación en sí podría perjudicar los pulmones de pacientes con síndrome de incomodidad respiratoria aguda (SDRA), por lo que comenzaron a utilizar ventilación mecánica.
"En ese momento, la tasa de mortalidad por este síndrome era del 70%", ha señalado Valente a 'BBC Brasil', mientras que al finalizar el estudio clínico, el número de muertes entre los pacientes tratados con la nueva técnica en la que se ventilaba a los pacientes con un volumen corriente más bajo, entre otros ajustes, se redujo al 40%".
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Desde ese momento, la tasa de mortalidad en pacientes con SDRA se ha reducido hasta el 30% gracias a esta técnica, conocida como ventilación pulmonar protectora.