Pablo González lleva casi 15 años trabajando para el GRU, el servicio de inteligencia militar ruso. Según un nuevo documento fechado en 2017, el periodista español llevaba en plantilla como espía del Kremlin desde 2010.

Fecha que se ha descubierto porque en ese mismo documento, Pablo González pide al servicio de inteligencia ruso un aumento de salario en el que dice textualmente "recibo este sueldo desde 2010".

En ese mensaje también aprovecha para solicitar una mejora de sus condiciones: una subida salarial de 1.000 euros, que se reconozca su antigüedad, una casa en Moscú y una pensión para cuando se retire del servicio.

Pablo González, que además de la española tiene nacionalidad rusa, trabajaba como periodista freelance. Según los documentos a los que ha tenido acceso Antena 3, su función era el targeting. Es decir, identificar y señalar personas y lugares "de interés" que, después, podían convertirse en objetivo del Kremlin.

En febrero de 2022 todo cambia. Es detenido en Polonia y acusado de espionaje y no es hasta agosto de este año cuando lo liberan. Así aterrizaba en Moscú con el mismísimo Putin recibiéndolo al pie de la escalerilla. Se puede ver cómo parece que conoce a las personas que acompañan al presidente ruso, a quienes saluda entre abrazos y mucha complicidad.