Dominique Pelicot ha reconocido en el juicio en Aviñón en el que está acusado de drogar a su mujer durante años para ofrecerla a decenas de hombres que también abusaban sexualmente de ella, que es un violador, como el resto de acusados. "Soy un violador, como todos los acusados en esta sala, que al venir conocían su estado", afirmó en referencia al hecho de que los otros hombres sabían que su mujer, Gisèle Pelicot, se encontraba en estado de inconsciencia a causa de los ansiolíticos que le daba.
Así Pelicot ha confesado los delitos de los que se le acusa en esta primera declaración ante el tribunal que se había pospuesto una semana por su estado de salud que le obligó a ser ingresado en un centro hospitalario. El principal acusado de esta megaproceso lloró al recordar su infancia y los supuestos abusos que dice que sufrió cuando tenía 9 años, y la violación que presenció cuando tenía 14. No obstante, su hermana aseguró desconocer estos abusos.
También entre sollozos, ha llegado a mirar a su exmujer Gisèle para confesar lo que había estado haciendo durante una década, de lo que ha asegurado contar con un registro, tanto por orden como por vicio, ha dicho. Asimismo, se ha dirigido a ella para asegurarle que "no se lo merecía", al tiempo que le ha pedido perdón, aunque admite que lo que ha hecho no lo tiene.
Por su parte, la víctima ha asegurado que escuchar todo lo que relata su exmarido está siendo "durísimo" y "dificilísimo". De hecho, ha lamentado haber vivido "durante 50 años con un hombre" del que "ni por un segundo" imaginó "podría cometer todos estos actos de violación".
Durante casi una década, el principal implicado en esta casusa ofreció a su mujer para que abusaran repetidamente de ella porque le gustaba ver cómo otros hombres la tocaban. Gisèle Pelicot, de 71 años, estaba inconsciente en todo momento, ya que su ahora exmarido la drogaba con ansiolíticos.
La sumisión química era tan potente que incluso a día de hoy no recuerda nada de lo sucedido. "Cuando se despertaba, mi padre le explicaba que había perdido el conocimiento, que estaba muy cansada", cuenta la hija de la víctima, Carolina Darian.
Pelicot actuó con total impunidad entre 2011 y 2020 en Mazan, Francia, hasta que la policía lo descubrió por casualidad hace cuatro años por grabar bajo las faldas de varias mujeres en un supermercado. Se le detuvo y al registrar su material informático, dieron con miles de fotos y videos de los abusos a los que Gisèle había sido sometida.
Ahora, medio centenar de hombres están acusados de estas violaciones. La mayoría alegaron a las autoridades que pensaban que la mujer se hacía la dormida. La propia víctima, que ha contraído cuatro enfermedades sexuales a raíz de las violaciones y padece un fuerte estrés postraumático, ha pedido que el juicio sea público.