El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hablado ante la 73 Asamblea General de la ONU con un discurso en el que ha ensalzado la "doctrina del patriotismo" y de la soberanía de los Estados frente a lo que ha llamado la "burocracia global" y la gobernanza a cargo de instituciones internacionales que no rinden cuentas a nadie.

"Rechazamos la ideología del globalismo y abrazamos la doctrina del patriotismo", ha dicho Trump en un discurso que ha comenzado ensalzando los logros económicos de su Gobierno y como "Estados Unidos es más fuerte, más seguro y más rico" que cuando asumió su cargo hace menos de dos años.

Autogobierno, legalidad, soberanía de cada país para definir su camino y seguir sus costumbres y creencias son la receta que ha esgrimido el presidente de Estados Unidos para conseguir paz y prosperidad: "Estados Unidos siempre elegirá la independencia y la cooperación por encima del control de la gobernanza global, el control y la dominación", ha proclamado, precisamente ante la mayor organización multilateral del mundo.

En la búsqueda de sus propios caminos, ha elogiado expresamente a Polonia --un país que se enfrenta a un expediente sancionador europeo por falta de respeto al Estado de Derecho--, "un gran pueblo que se ha levantado por su independencia, su seguridad y su soberanía".

Donald Trump en la Asamblea General de Naciones Unidas

También a India, "sacando con éxito a millones de personas de la pobreza", a Arabia Saudí, "donde el rey Salmán y el príncipe heredero están emprendiendo reformas audaces"; y a Israel, "celebrando orgullosamente su 70 aniversario como democracia" y Polonia.

En esa línea, ha ratificado su rechazo al Tribunal Penal Internacional (TPI), al Consejo de Derechos Humanos de la ONU y también al Pacto Global sobre la migración. El TPI, ha dicho, "no tiene jurisdicción, legitimidad ni autoridad" y viola todos los principios procesales; el Consejo de Derechos Humanos "se ha convertido en una vergüenza" y las migraciones deben ser gestionadas por cada país de acuerdo con sus propias políticas, no por un organismo internacional "que no rinde cuentas".

Trump, que ha tachado de "horrible" y "cruel" el tráfico de personas, ha defendido que la única solución a largo plazo es "ayudar a la gente a construir futuros más esperanzadores en sus países", "hacer sus países grandes otra vez", ha dicho parafraseando su propio eslogan. También ha avanzado que revisará la ayuda exterior que brinda Washington y que solo ayudarán a los países que "respeten" y sean sus "amigos".