Toma de posesión

Donald Trump vuelve a la Casa Blanca: los grandes retos del republicano en su segundo mandato como presidente de EEUU

Mucho que hacer El republicano recoge un país con buenos datos económicos y con la inflación bajo control mientras tiene el foco en la inmigración. De fondo, una política exterior expansionista y arancelaria.

Donald Trump besa la bandera de EEUU.

Donald Trump llega a la Casa Blanca. Llega, de nuevo, a la Casa Blanca. El republicano, después de ganar las elecciones frente a Kamala Harris en noviembre, está a escasas horas de tomar posesión de un cargo que ya tuvo desde 2017 a 2021. Un cargo que ya ostentó y que perdió en los comicios de 2020 ante al demócrata Joe Biden.

Jurará su cargo Trump en Washington. Lo hará, además, rodeado de personalidades de la ultraderecha mundial. No han querido perderse el evento. No han querido dejar 'solo' a un republicano que estará arropado por dirigentes como Javier Milei y Giorgia Meloni, y también por Santiago Abascal.

Y, en cuanto tome posesión, en cuanto vuelva a convertirse en presidente de Estados Unidos tendrá por delante una serie de importantes retos que marcarán tanto la trayectoria de su país como de buena parte de los Estados del mundo. Porque lo primero que sale a la palestra es la economía.

Es un país en el que Joe Biden ha dejado un legado con el único 'pero' de la inflación y del aumento de los precios. La tasa de desempleo está en un nivel muy bajo, cerrando septiembre en el 4,1% cuando con Trump estaba casi en el 7% con 16 millones de puestos de trabajo desde que Biden asumió el cargo hasta dos meses antes de las elecciones.

Con el PIB creciendo en un 3%, el gran problema ha sido, como anteriormente se ha expuesto, la inflación. Después de una agresiva política monetaria en la que los tipos de interés subieron al 5,5 en un año, la inflación se ha ido moderando para estar en torno a un 2,5%.

Una dura política arancelaria

Eso es lo que tiene dentro de su país en cuanto a economía; en cuanto a comercio exterior, Trump tiene claro cuál va a ser o quiere que sea su política a seguir. La de los aranceles. La del proteccionismo. Algo que, además, ya practicó en su primer mandato y que hace temer lo peor a países como por ejemplo España.

Esto es algo que supondría un problema para las exportaciones a Estados Unidos y podría generar un repunte de la inflación que dependerá de las represalias y de los movimientos de divisas. En Europa están atentos a cómo va a actuar Trump en lo que respecta al comercio exterior.

"Más deportaciones y más radicales"

Volviendo a Estados Unidos, otro de los retos de Trump será el de la migración. El qué hacer y qué actitud tomar en ese respecto. Lo tiene más bien claro, y todo hace indicar que, como indica José Antonio Gurpegui, Catedrático de Estudios Norteamericanos y Director del Instituto Franklin, "las deportaciones van a ser mucho más numerosas y mucho más radicales que en su primer mandato".

El problema de fondo, en ese sentido, sería la economía: "Desde mi punto de vista es casi logísticamente imposible. La economía se vería muy dañada porque la gran mayoría de estos migrantes indocumentados realizan trabajos que no quieren los norteamericanos".

"El mercado agrícola y el de servicios se verían muy afectados. No puedes retirar del mercado laboral a unos 10 ó 15 millones de personas que hacen trabajos que otros no quieren hacer, y lo hacen además cobrando sueldos muy por debajo de lo que cobraría un trabajador regular. Crearía un déficit de mano de obra importantísimo", comenta Gurpegui.

Rusia, Ucrania, Gaza, Israel... Trump, ante los conflictos

Trump, en cuanto asuma el mando, tiene dos conflictos que, según dijo, iba a tardar poco en solucionar. En cuanto a Israel y Gaza, ya ha dado comienzo un alto el fuego tras no pocas horas de mucha incertidumbre y 15 meses de conflicto. Ha sido a las 11:15, cuando Hamás ha entregado una lista con tres rehenes que serán liberados.

En la primera fase del acuerdo, Israel y Hamás han acordado un alto el fuego de seis semanas, en las que se producirá un intercambio gradual de 33 rehenes israelíes por más de 1.900 presos palestinos. Durante esas seis semanas tendrán lugar además las negociaciones para una segunda fase de la tregua, en la que se completaría la liberación de todos los secuestrados israelíes en Gaza y se sentarían las bases del fin de la guerra.

En cuanto a Ucrania y Rusia, la guerra sigue sin que haya un atisbo claro de opción para que concluya. Zelenski, presidente ucraniano, ve en Trump un elemento clave que puede poner fin a las hostilidades o que, al menos, puede ayudar para que todo vaya encaminándose hacia dicho final.

"Lo que parece que propone Trump es un nuevo modelo de política exterior. Creo que se llegará a una paz en Ucrania... ¿pero cuáles serán las condiciones?", se cuestiona Gurpegui.

El asunto de Canadá y Groenlandia

Continuando con la política exterior, Donald Trump ha expresado en no pocas ocasiones su idea de que tanto Canadá como Groenlandia formen parte de Estados Unidos. Sí, lo diga en broma o lo diga en serio, el republicano ha afirmado que quiere que su vecino del norte sea el estado número 51 de EEUU.

Ha compartido incluso un mapa en el que aparece pintado con los colores de los Estados Unidos. Los canadienses, que han visto cómo desde la ficción estadounidense se mofaban continuamente de ellos en productos como South Park y Cómo conocí a vuestra madre, no están especialmente felices con esa idea... con una idea que además podría conllevar consecuencias para su propio partido a nivel electoral.

Porque Canadá es un país, como se ve, grande. Muy grande. Y progresista. O, al menos, más progresista que Estados Unidos. Viendo el tamaño, y viendo cuántos representantes podrían llegar a tener en unas hipotéticas elecciones en las que fuesen parte de EEUU, podría garantizar durante no pocos años una victoria demócrata en el camino a la Casa Blanca.

El otro país en cuestión es Groenlandia, país independiente que, eso sí, está vinculado a Dinamarca. Lo quiere. Quiere hacerse con algo que es mucho más que un trozo de hielo. Son 2,2 millones de kilómetros cuadrados, de apenas 57.000 habitantes. Menos población que en Soria... pero muchísimos recursos. Petróleo, gas natural... y las tierras raras. Porque en ese trozo de hielo hay oro, zinc, cobalto, platino y níquel, y más materiales clave para fabricar baterías y microchips que darían a EEUU poder para competir con China.

Y aún hay más. Porque Trump, negacionista de manual, quiere aprovechar el cambio climático y el calentamiento global. Eso provocaría el deshielo de Groenlandia que ayudaría a mejorar, y mucho, sus rutas comerciales. Además, sería el flanco de defensa este de Estados Unidos.

Con TikTok de fondo

Ya que se ha mencionado a China, ByteDance. La empresa matriz de TikTok, una red social abocada al cierre y a la prohibición en Estados Unidos salvo que algo pase. Salvo que alguien la compra. Salvo que se desvincule de un país chino del que EEUU duda sobre cómo pueda usar, si es que los usa de alguna manera, los datos de los usuarios estadounidenses. Los datos de los más de 170 millones de usuarios estadounidenses.

Trump, en 2020, dijo que estaban explorando la vía de la prohibición; en la campaña que le ha llevado hasta la Casa Blanca, lo contrario. Porque ahora quiere salvarla. Porque, tras unirse a ella y sumar más de 14 millones de usuarios, está buscando cómo evitar su cierre.

Lo último, una posible prórroga de 90 días. "Sin duda es una opción a tener en cuenta. Extender 90 días es algo que probablemente se hará. Es lo apropiado. Tenemos que analizarlo con cuidado. Es una situación muy importante", ha afirmado Trump sobre la decisión a tomar con respecto a una red social que cuenta con más de 170 millones de euros en Estados Unidos.

Con Elon Musk de su lado, prácticamente todos los grandes nombres, los grandes CEO como Mark Zuckerberg, Jeff Bezos y Tim Cook han asumido los postulados de Trump. Especialmente llamativo es el de Meta, plataforma que ha eliminado a sus verificadores y también sus programas de inclusión, diversidad y equidad.

Trump, mucho que hacer

Tiene trabajo por delante Trump en el que es su segundo mandato al frente de Estados Unidos. Aquí, en España, un 60% de personas han manifestado que está "muy o bastante" preocupados con la presidencia del republicano según un barómetro de laSexta, mientras que un 40% se encuentran en el otro lado de la balanza.

Aunque, como reflejan los datos arrojados de esta encuesta, el nivel de precaución responde a las preferencias políticas de los españoles: mientras que los votantes del PSOE y Sumar se muestran muy preocupados o bastante preocupados por encima del 80%, en Vox y PP la preocupación es mínima.