Más de tres de centenares de surcoreanos viajaron hoy a Corea del Norte para reencontrarse con familiares a los que no ven desde la Guerra de Corea, 1950-53, en el marco de la segunda ronda de reuniones de familias coreanas separadas. Estos reencuentros organizados por Seúl y Pionyang se prolongarán hasta el domingo y se celebran en medio del ambiente de distensión emprendido este año entre ambos países, que permanecen técnicamente enfrentados.

Un total de 326 surcoreanos de 81 familias han cruzado la frontera para dirigirse a un complejo vacacional en el Monte Kumgang, en la costa suroriental norcoreana, donde les aguardaban cerca de un centenar de allegados residentes en el Norte, según informó el Ministerio de Unificación de Corea del Sur. Al igual que en la primera ronda, los familiares de Norte y Sur podrán verse tras décadas de separación durante aproximadamente doce horas repartidas en seis sesiones a lo largo de tres días.

Entre los participantes está el surcoreano Cho Jeong-gi, de 67 años, quien se encontró con su padre, de 88 años y a quien no había conocido en persona hasta hoy puesto que se mudó al Norte durante la guerra, antes de que él naciera. "Por un lado estoy muy feliz, pero también siento mucha tristeza", dijo Cho en declaraciones recogidas por la agencia surcoreana Yonhap. Su madre residía también en el Sur y falleció este año, antes de que Seúl notificara a ambos que podían participar en las reuniones.

El número de surcoreanos registrados para solicitar plaza en estas reuniones era de132.124 en mayo, el 86 % de los cuales tiene 70 años o más, aunque se cree que menos de 57.000 siguen vivos, según datos del Ejecutivo de Seúl. En la primera ronda de reencuentros familiares celebrada en el mismo escenario entre el pasado lunes y el miércoles participaron un total de 89 surcoreanos, elegidos por sorteo y en función de su edad y estado de salud, y 185 norcoreanos.

Estas reuniones son las primeras que se celebran desde 2015 y forman parte del compromiso adoptado por el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, durante su histórica cumbre del 27 de abril, en la que también acordaron trabajar para establecer la paz permanente en la península. Desde el año 2000, las dos Coreas han organizado un total de 20 rondas de encuentros entre familiares separados, en las que han participado unos 20.000 coreanos.