La madre de Alexander Vilks corre, entre lágrimas, a abrazar a su hijo, un estudiante de 19 años que denuncia los golpes que la policía de dio en prisión: "Nos golpearon en la espalda. Primero nos golpearon y después nos interrogaron".
Es uno de los 7.000 manifestantes detenidos en las protestas en Bielorrusia. 2.000 ya han sido liberados. Otra joven denuncia que un grupo de policías la amenazaron con violarla y matarla.
En el sexto día consecutivo de protestas, marcadas por la brutalidad policial de los últimos días, la oposición pide que se mantengan las manifestaciones de forma pacífica.
"Las protestas pacíficas de la gente en las calles han sido convertidas en un baño de sangre por las autoridades”, ha señalado la opositora Sviatlana Tsikhanouskaya.
Exigen la dimisión del presidente Lukashenko y que se revise el proceso electoral. Fuentes de la Unión Europea señalan que ya se han dado los primeros pasos para imponer sanciones Bielorrusia.