El 10 de octubre de 2023 comenzaron los bombardeos masivos de Israel en Gaza. Nuestro compañero Kayed Hammad, productor y traductor gazatí, entró en directo para informar desde dentro: "Estoy hablando como un padre que tiene una familia de seis personas; estoy encerrado en mi casa", expresó entonces.

En ese momento, estaba tranquilo. Sin embargo, solo tres días después, los bombardeos se intensificaron y a Kayed empezó a preocuparse por los cadáveres. "Están oliendo muy mal", subrayó. Y eso que en ese momento los muertos se contaban solo por decenas, y las escuelas de UNRWA seguían en pie.

Una semana después, la realidad empezó a mostrar su verdadera cara, con "hospitales, colegios y universidades bombardeados", tal y como indicó Kayed a laSexta. Todo saltaba por los aires, y esto empieza a hacer mella en nuestro compañero, al que hasta le cuesta hablar: "Antes, un kilo de arroz costaba dos euros y ahora cuesta 40", lamentó el pasado marzo.

Finalmente, llegó el 24 de mayo, en el que murió su hijo. Desde entonces, toda la noche duerme junta su familia. "Si cae una bomba, que nos mate a todos juntos, para que nadie sufra", confiesa. En este año, ha tenido que tomar decisiones y aprender duras lecciones: "He aprendido que el ser humanos es más fuerte de lo que uno puede pensar", manifiesta Kayed.

Además, también se ha llevado profundas decepciones. "Occidente siempre nos calienta la cabeza con la democracia y los derechos humanos. Me da asco", expresa Kayed, quien un año después del comienzo de la guerra, sigue viviendo entre bombardeos.