Ecuador ha decidido deshacerse de la droga que se amontona en los centros de acopio de la Policía convirtiéndola en plataformas de hormigón. El país espera transformar 83 toneladas de cocaína en este material, que ya se ha utilizado para fines concretos.
En 2021, las drogas incautadas se duplicaron respecto al año anterior, superando las 210 toneladas. En 2022 se redujeron levemente, pero la cantidad de drogas confiscadas superan el espacio disponible en los 27 almacenes policiales donde se guarda la droga antes de ser destruida.
Utilizando el llamado método de encapsulación, con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Ecuador pulveriza bloques de cocaína incautados en máquinas industriales con otros vertidos en una planta de eliminación de desechos antes de mezclar el polvo fino resultante con cemento, arena y agua para crear plataformas de hormigón.
Cientos de bloques de clorhidrato de cocaína y pasta de coca incautados en todo Ecuador llegan cada semana a una planta de tratamiento de residuos en las afueras de la capital Quito para ser descompuestos junto con vidrio, medicamentos caducados e incluso desechos de petróleo. Luego, el polvo se mezcla con otros materiales para producir hormigón que se utilizará en la construcción.
Las autoridades ecuatorianas han usado este proceso para llenar un hoyo de 15 metros de profundidad. Una vez que este agujero se llene con el hormigón con cocaína, se llenará otro y se repetirá el proceso. Actualmente no hay planes para usar la cocaína encapsulada para otros proyectos de infraestructura.
Hasta el momento se han utilizado para tapar el hueco unas 350 toneladas de cocaína molida y pasta de coca -un precursor de la cocaína- incautadas entre 2021 y 2022, según técnicos de planta.