Estados Unidos ha vetado este jueves durante una votación celebrada en el Consejo de Seguridad de la ONU el ingreso de Palestina como miembro de pleno derecho en el organismo internacional en el marco de un proceso que llevaba paralizado desde 2011.

La recomendación de admisión ha fracasado después de que Estados Unidos haya ejercido su derecho a veto como miembro permanente del Consejo de Seguridad. Un total de 12 países han votado a favor -entre ellos Rusia-, mientras que uno ha votado en contra y otro se abstenido. De esta forma, Palestina seguirá siendo observador no miembro, estatus que tiene desde el año 2012.

"El Consejo de Seguridad, habiendo examinado la solicitud del Estado de Palestina de admisión en Naciones Unidas (S/2011/592) recomienda a la Asamblea General que el Estado de Palestina sea admitido como miembro de Naciones Unidas", reza el texto rechazado.

La última vez que un estado ejerció su derecho a veto para la adhesión de nuevos miembros fue en 1976 cuando el entonces representante estadounidense ante la ONU William W. Scranton levantó la mano para rechazar la entrada de Vietnam en el organismo internacional durante el mandato del presidente Gerald Ford. Un año más tarde, Estados Unidos dio 'luz verde' a la recomendación.

La resolución debía contar con el apoyo de al menos nueve de los 15 miembros del Consejo, sin que ningún miembro permanente -Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido- votara en contra. Superado ese trámite, la resolución tenía que pasar por una segunda votación en la Asamblea General, donde debía contar con una mayoría de dos tercios de los 193 Estados miembro que la componen.

La petición ya fue presentada en un inicio en 2011, si bien el proceso quedó paralizado y ha sido nuevamente relanzado después de que el representante palestino ante la ONU, Riad Mansur, pidiera a principios de abril en una carta al secretario general, António Guterres, que se revisara el estatus de observador no miembro.

La votación en el Consejo de Seguridad se produce en plena ofensiva del Ejército israelí contra la Franja de Gaza, controlada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), donde han muerto ya cerca de 34.000 palestinos, según las autoridades gazatíes.

El Ejército de Israel lanzó su ofensiva tras los ataques de las milicias palestinas el pasado 7 de octubre, que dejaron alrededor de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados. A estos balances de víctimas se suman más de 460 palestinos muertos en Cisjordania y en Jerusalén Este a manos de las fuerzas de seguridad de Israel y en ataques llevados a cabo por colonos.