Estados Unidos ha publicado la revisión de la investigación ordenada por un ataque aéreo estadounidense efectuado en Siria durante una misión secreta en marzo de 2019, cuyas consecuencias fueron encubiertas por las propias autoridades militares. La investigación del ataque de Baghuz, en el que murieron decenas de civiles, ha sido llevada a cabo por el general Michael Garrett, y ha concluido que la revisión inicial estuvo plagada de errores en múltiples niveles de mando, así como de falta de información.
El ataque ocurrió durante los últimos días de la campaña contra Estado Islámico en la localidad de Baghuz, en el este de Siria. Un avión de combate estadounidense F-15E lanzó dos bombas -una, de 220 kilos y la otra, de 900- sobre una multitud de personas, principalmente mujeres y niños. Según una investigación de 'The New York Times', durante las semanas posteriores al bombardeo, lanzado por una unidad de operaciones especiales denominada Fuerza de Tarea 9 (Task Force 9), "el número de fallecidos fue minimizado y los informes, clasificados".
Tras ello, Estados Unidos anunció una investigación para determinar las responsabilidades de lo sucedido. "Nos estamos responsabilizando por permitirles ver todo. ¿Alguien fue despedido por culpa de Baghuz? No", ha indicado el portavoz del Pentágono, John Kirby, indicando que "no había necesidad de responsabilizar personalmente a alguien por lo que pasó ese día". Kirby ha asegurado que, durante la investigación, se encontraron "deficiencias". "Creo que, aunque no siempre lo hacemos todo bien, tratamos de mejorar", ha indicado, agregando, pese a ello, que "se toman muy en serio" la "responsabilidad" de este ataque.
"(Ni) el comandante de la Fuerza Terrestre o cualquier persona involucrada en ese ataque, violó las Leyes de la Guerra, o actuó inapropiadamente, o actuó con intención maliciosa, deliberadamente quería y trató de matar a civiles", ha explicado en rueda de prensa. Preguntado por la prensa ante las comparaciones de las operaciones rusas y el ataque en Siria, Kirby ha resaltado que "no tratan de justificar nada", ya que se encuentran leyendo los resultados de una revisión de un incidente que ocurrió hace tres años en Siria, con toda la "apertura y transparencia".
Estamos admitiendo que cometimos esos errores. Que matamos. Que nuestras operaciones terminaron en el asesinato de personas inocentes"
"Podemos seguir, y seguir, y seguir hablando de cuántos miles de ucranianos inocentes han sido asesinados, heridos y arrojados al refugio por una invasión temeraria y no provocada de otra nación, en este caso, Rusia. Sin discusión ni admisión de su propia culpabilidad. Sin reconocimiento de que ellos y sus soldados han cometido crímenes de guerra", ha explicado. "La diferencia es que estamos admitiendo que sí, matamos a algunos civiles, mujeres y niños inocentes en 2019, en Baghuz, Siria. Todo está ahí fuera para que lo vean. Estamos admitiendo que cometimos esos errores. Que matamos. Que nuestras operaciones terminaron en el asesinato de personas inocentes", ha agregado.
El portavoz del Pentágono ha defendido que no es "inapropiado" considerar lo que está pasando en Ucrania. "Esa es la diferencia entre un militar moderno responsable y un militar moderno irresponsable", ha dicho Kirby. "Tomas las mejores decisiones que puedes en la guerra. ¿Lo haces bien cada vez? No. Y eso es lamentable para todos nosotros. Realmente nos sentimos mal por esto. Pero no creo que sea una declaración de la que no nos estamos responsabilizando", ha sentenciado.
73 bajas en Baghuz
Kirby ha indicado que hubo un total de 73 bajas en Baghuz. 52 enemigos murieron en acción. De esos 52, 51 eran hombres adultos, uno era un niño. Dos enemigos resultaron heridos en acción. Ambos eran varones. Murieron cuatro civiles, una mujer y tres niños. Y 15 civiles resultaron heridos 11 mujeres y cuatro niños. Al día siguiente del ataque, testigos presenciales afirmaron haber visto pilas enteras de cadáveres de mujeres y niños, pero las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos despejaron el lugar de la explosión con buldóceres y ningún máximo responsable de la cadena de mando militar fue informado correctamente de lo sucedido.
Poco después del ataque, el abogado de la Fuerza Aérea, el teniente coronel Dean W. Korsak, intentó iniciar una investigación independiente para dilucidar lo sucedido al entender que podría haber ocurrido un crimen de guerra en este ataque sobre Baguz, considerado el último gran bastión de Estado Islámico en el país. Sin embargo, sus peticiones cayeron en saco roto. "Altos responsables militares estadounidenses eludieron intencionada y sistemáticamente el procedimiento", denunció el abogado en un correo electrónico al Comité de Servicios Armados del Senado. "Me estoy exponiendo a represalias por enviar este correo", añadió.
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Tras meses de pesquisas, y presionado por la investigación del 'Times', el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) reconoció finalmente al diario 'The New York Times', que las bombas mataron a 80 personas. Según el ente, el número de muertos incluye a 16 combatientes y cuatro civiles, pero se desconoce quiénes son los otros 60 fallecidos. Kirby ha señalado en rueda de prensa que hubo 73 bajas en Baghuz. En concreto, 52 combatientes murieron, 51 de ellos hombres adultos y un niño, mientras que cuatro civiles murieron, de los que había una mujer y tres niños.