Este jueves se ha rebasado la dramática cifra de los 40.000 palestinos muertos en Gaza. Víctimas de los incesantes bombardeos de Israel: incluso en lugares que el ejército marca como zonas seguras. Ante el temor de una expansión del conflicto por todo Oriente Próximo, la comunidad internacional presiona por llegar a un alto el fuego, en las negociaciones que se retoman en Catar.
El bloqueo de Israel a la entrada de ayuda humanitaria asfixia a una población que ya suma más de 40.000 muertos desde octubre. Pero estos bombardeos que arrasan la Franja podrían cesar en las próximas horas si la enésima negociación con el gobierno de Netanyahu que se retoma este jueves en Catar sale adelante.
Aunque tras el asesinato de Haniyeh, su líder político, Hamás no se sentará en la mesa. Exigen a los mediadores forzar a Israel a aplicar el plan de Biden: intercambiar rehenes por ayuda humanitaria. Y esta sería la última propuesta de Israel: la liberación de 33 rehenes vivos de los 115 que, según el ejército israelí, estarían aún en manos de Hamás.
Las familias de los rehenes presionan para que prospere la negociación, al igual que occidente. Quieren evitar respuestas de Irán y Líbano tras los últimos ataques, agresiones en su territorio que podrían desencadenar la extensión del conflicto a toda la región
Además, según filtraciones de funcionarios estadounidenses al New York Times, las tropas del ministro de Defensa Gallant ya habrían llegado al final del camino. Fuentes oficiales que aseguran que Israel ha hecho retroceder severamente a Hamás, pero avisan: nunca podrán eliminar completamente al grupo a pesar de haber matado ya a 14.000 combatientes.