Estados Unidos dijo haber "cercenado" la capacidad del Gobierno del presidente Bashar Al Assad de emplear armas químicas en el futuro después de la ofensiva ejecutada este viernes contra Siria en respuesta al bombardeo químico del pasado sábado en la localidad rebelde de Duma.
"La operación cercena la capacidad (de Siria) de desarrollar, desplegar y usar armas químicas en el futuro", aseguró este sábado la portavoz del Departamento de Defensa, Dana White, durante una rueda de prensa.
En coordinación con el Reino Unido y Francia, Estados Unidos ejecutó la pasada madrugada un ataque contra tres instalaciones en las que, según el Pentágono, "el régimen" desarrollaba y almacenaba armamento químico. En total se emplearon 105 misiles durante la ofensiva.
En una primera acción, se lanzaron 76 proyectiles contra un centro de investigación y desarrollo en Barzah, en las proximidades de Damasco; mientras que una segunda ofensiva, en la que se emplearon 29 misiles, tuvo por objetivo un centro de almacenamiento y un búnker en Him Shinshar, en la provincia de Homs.
En está ocasión, según explicó hoy White, el ataque se centró en la capacidad de producción de armas, a diferencia del 2017, cuando el Ejército estadounidense lanzó 59 misiles Tomahawk contra la base aérea siria de Shayrat (Homs), supuestamente el origen del caza que ejecutó el bombardeo químico en el pueblo rebelde de Jan Sheijún.
"El año pasado atacamos la (capacidad de) ejecución, ahora hemos ido contra la propia fuente. Por eso estamos convencidos de que hemos limitado su capacidad", dijo White. Sin embargo, el director del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el teniente general Kenneth McKenzie, también presente en la rueda de prensa, quiso recalcar que aún pueden existir "partes residuales" del programa químico del "régimen" de Al Asad, por lo que no se puede garantizar que no se produzcan nuevos ataques ilegales en el futuro."Obviamente la infraestructura química es mayor que lo que hemos destruido", concedió McKenzie, quien en todo caso describió la ofensiva de anoche como "precisa, sobrecogedora y efectiva".
En cualquier caso, sostuvo el general, este ataque que "es dos veces mayor que el de abril de 2017" traslada un claro mensaje al presidente Al Assad y supone una "poderosa muestra de unidad" de la alianza que conforman tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
En este sentido, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiso agradecer esta mañana a Francia y Reino Unido su participación en la operación. "Un ataque perfectamente ejecutado anoche. Gracias a Francia y al Reino Unido por su sabiduría y por el poder de sus buenos ejércitos. No podía haber tenido un mejor resultado. ¡Misión conseguida!", escribió Trump en su cuenta personal de Twitter.
El militar se mostró satisfecho con el hecho de que todos los proyectiles alcanzaran su objetivo, a pesar de que el Ejército sirio ha asegurado que sus fuerzas de Defensa Antiaérea derribaron "la mayoría" de los misiles lanzados por la coalición.
Asimismo, McKenzie confirmó que, tal y como había informado anteriormente el Kremlin, Rusia no empleó sus sistemas de defensa desplegados en Siria para repeler el ataque. Cuestionado sobre si Moscú había sido advertida de la ofensiva, tal y como resulta habitual en las operaciones contra el Estado Islámico en la región, donde ambas potencias combaten por separado a los yihadistas, McKenzie subrayó que esta política no implica que Rusia y Estados Unidos colaboren en Siria.
"Los rusos no tienen capacidad de veto en nada de lo que hacemos. No colaboramos con ellos en Siria. Pero no queremos un enfrentamiento con Rusia, ni ellos con nosotros", concluyó McKenzie.