Sin incidentes mayores la caravana de migrantes centroamericanos cruzó durante la madrugada de este lunes la garita migratoria de San Pedro Tapanatepec y arribó a Santiago Niltepec, en el sureño estado mexicano de Oaxaca, caminando sobre la Carretera Panamericana en el Istmo de Tehuantepec. En el trayecto, pobladores de la zona salían a su paso para entregarles bolsas y botes de agua y alimentos acompañados de palabras de aliento y esperanza hasta el mediodía, cuando llegó el último grupo de migrantes a Niltepec. Darwin Sánchez Hernández, de 30 años y oriundo de Santa Bárbara, Honduras, dijo que con altavoces desde las tres de la mañana comenzaron a anunciar la salida de la caravana.
"Vámonos, vámonos...arriba todos", gritaban en los megáfonos los coordinadores y la multitud se daba prisa para recoger sus pertenencias, mochilas y botes de agua para reanudar la caminata. Las autoridades municipales y gubernamentales dispusieron en Niltepec los espacios para dar atención a los migrantes, pero el centro del lugar fue insuficiente, por lo que las columnas humanas llenaron calles, aceras, las dos iglesias, parques, el interior del palacio municipal y hasta las viviendas abandonadas o en construcción tras el terremoto de septiembre de 2017.
Autoridades municipales de poblados lejanos enviaron comisiones con bocadillos, aguas frescas o frutas, y en ocasiones tamales o comida preparada. Dominga Cortés Ricoy, representante del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) municipal de la autoridad entrante dijo que el alcalde electo Saydel Ricoy, que tomará posesión el 1 de enero de 2019, dispuso la ayuda humanitaria para los migrantes y llegaron camionetas con platillos preparados que se repartieron en el centro de la localidad. Mientras que en la carretera varios grupos de hombres y mujeres decidieron seguir hasta Juchitán, a donde mañana pretende arribar el grueso de la caravana.